El Banco de Japón anunció recientemente una estrategia intensificada de “quantitative easing” con miras a terminar una espiral deflacionaria de 15 años, vigorizar el el mercado de valores y dar nuevo envión a la estancada economía del país.
El impacto en la economía estadounidense probablemente será modesto, pero igualmente importante para los inversores. Afectará sectores que compiten con productos japoneses, principalmente autos y electrónica.
A medida que caen las tasas de interés en Japón, generarán una presión hacia abajo en las tasas de interés norteamericanas. Otros factores, , especialmente las propias políticas de la Reserva Federal, también afectan las tasas. Pero si los bancos centrales de todo el mundo desarrollado persiguen más o menos las mismas políticas, las tasas de interés permanecerán bajas en todas partes, tal vez durante más tiempo del que originalmente se anticipó.
La misma dinámica probablemente afecte el mercado de valores. Como el mercado norteamericano ya está en su quinto año de recuperación, una ola ascendente en Japón tendrá un efecto alcista limitado en los valores estadounidenses. Pero un repunte japonés generará un impulso hacia arriba en lugar de hacia abajo. Y los inversores inteligentes que elijan los activos adecuados en Japón podrían obtener pingües ganancias.
Las últimas medidas japonesas no son populares en todas partes. La devaluación del yen le dará una ventaja nueva en otros mercados, incluyendo Estados Unidos y tal vez también China.