Se prolonga así el período de incertidumbre en el país centroeuropeo.
El magnate multimillonario ganó las elecciones parlamentarias de octubre último pero no logró la mayoría ni convencer a ninguno de los otros ocho grupos en la cámara baja de formar una coalición.
Según la ley checa, un gobierno nuevo debe conseguir un voto de confianza en el comienzo de su mandato. Pero el martes de esta semana los partidos de oposición se negaron a respaldar el gabinete nombrado por Babis, quien el año pasado fue acusado de haber recibido un subsidio por un proyecto supuestamente ligado a su imperio comercial.
El año pasado el Parlamento votó para que se le retirara la inmunidad pero cuando en octubre fue reelegido los fueros se le restauraron. Eso significó que el proceso tuvo que volver a comenzar. El martes una comisión parlamentaria recomendó que se le volviera a retirar la inmunidad y esta semana se votará la moción.
Babis, quien por su parte niega que haya habido fraude, se manifestó a favor del retiro de la inmunidad y agregó que espera un procedimiento justo.
Luego del voto de no confianza del martes el gobierno de Babis se convierte en una administración interino hasta que se forme otro gobierno. El presidente Milos Zeman ha dicho que le dará una segunda oportunidad de formar gobierno, pero solo cuando tenga el respaldo de 101 de los 200 diputados de la Cámara Baja.
