Dramática polémica en San Pablo

El gobernador de San Pablo afectado por un cáncer en el cerebro apenas pueda valerse, pero se niega a renunciar al cargo. La opinión pública está dividida: admiradores de su coraje y pedidos de que se retire.

18 enero, 2001

La salud del gobernador de San Pablo, el más rico y desarrollado estado del Brasil, suscita una dramática polémica que trasciende los límites de la política.

Mario Covas, el mandatario paulista, es víctima de un cáncer considerado terminal, como consecuencia de una metástasis que se desarrolla en la membrana de su cerebro y le crea serias dificultades para caminar y hablar.

A pesar de ello Covas, de 70 años de edad, se resiste a abandonar sus funciones de gobierno, creando una situación en la que se mezclan la emotividad y las objeciones jurídicas.

Confinado a su silla de ruedas, la imagen del mandatario que se empeña en continuar en funciones conmueve a una gran parte de la opinión pública que hace elogios de su coraje y entereza.

Sin embargo, juristas y analistas políticos consideran que la situación es insostenible y proponen que el gobernador renuncie al cargo, para facilitar el acceso a quien esté mejor dotado física y mentalmente para ejercerlo.

Las opiniones son divergentes; hay quienes señalan que Covas puede ser cuestionado a raíz de sus pérdidas de memoria y la dificultad para expresar una línea coherente de pensamiento, mientras otros llaman la atención sobre la posibilidad de que su ausencia pueda ser aprovechada por individuos inescrupulosos que aspiren a alzarse con una jugosa herencia política.

La salud del gobernador de San Pablo, el más rico y desarrollado estado del Brasil, suscita una dramática polémica que trasciende los límites de la política.

Mario Covas, el mandatario paulista, es víctima de un cáncer considerado terminal, como consecuencia de una metástasis que se desarrolla en la membrana de su cerebro y le crea serias dificultades para caminar y hablar.

A pesar de ello Covas, de 70 años de edad, se resiste a abandonar sus funciones de gobierno, creando una situación en la que se mezclan la emotividad y las objeciones jurídicas.

Confinado a su silla de ruedas, la imagen del mandatario que se empeña en continuar en funciones conmueve a una gran parte de la opinión pública que hace elogios de su coraje y entereza.

Sin embargo, juristas y analistas políticos consideran que la situación es insostenible y proponen que el gobernador renuncie al cargo, para facilitar el acceso a quien esté mejor dotado física y mentalmente para ejercerlo.

Las opiniones son divergentes; hay quienes señalan que Covas puede ser cuestionado a raíz de sus pérdidas de memoria y la dificultad para expresar una línea coherente de pensamiento, mientras otros llaman la atención sobre la posibilidad de que su ausencia pueda ser aprovechada por individuos inescrupulosos que aspiren a alzarse con una jugosa herencia política.

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