Dos muertos en un nuevo atentado contra la sede de ONU en Bagdad

La ONU volvió a ser hoy objetivo de un atentado en Irak, que causó dos muertos y doce heridos, en el mismo lugar donde el pasado 19 de agosto otro atentado dejó más de veinte muertos.

22 septiembre, 2003

Según dijo a los periodistas el capitán Shoun Kelly, del Segundo Regimiento de Caballería blindada, un hombre que conducía un coche cargado con explosivos intentó entrar en el complejo que la ONU ocupa en el Hotel Canal y que alberga a casi todas las agencias dependientes del organismo internacional.

“Al ver que no podía entrar (en el complejo), cambió su objetivo contra los civiles”, explicó el capitán.
“Parece que la explosión se produjo mientras estaban registrando su coche”, añadió, y dijo que todo indicaba que él mismo había accionado el dispositivo para hacer estallar el artefacto.

Sin embargo, no supo explicar las características del explosivo, que estalló poco después de las 08.00 de la mañana hora local (04.00 GMT).
El atentado se produjo a la entrada del aparcamiento destinado a las fuerzas de seguridad que protegen el complejo y, de hecho, el otro muerto y la mayoría de los heridos son también policías.

En aquel momento, no había personal trabajando en la sede de la ONU, por lo que nadie del organismo internacional ha sufrido daños, y podría ser que el explosivo estuviera preparado para estallar más tarde, cuando comenzase la jornada laboral.

El lugar fue inmediatamente acordonado por soldados estadounidenses, mientras los helicópteros militares sobrevolaban la zona.
El 19 de agosto, el mismo Hotel Canal fue objeto de una tremenda explosión con un coche-bomba que ocasionó más de veinte muertos, entre ellos el enviado especial de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Melo, y el capitán de navío español Manuel Martín Oar.

Martín Oar era el adjunto de Miguel Benzo, quien ejerce de enlace entre la ONU y la Autoridad Provisional presidida por el estadounidense Paul Bremer, máximo órgano de poder en Irak.

Desde aquel atentado, la ONU redujo drásticamente su personal en Irak -que era de 600 personas, sin contar los locales- y trasladó a su personal a vivir fuera del Hotel Canal.
El capitán Kelly insistió en todo momento en que el autor del atentado de hoy no había podido traspasar las barreras que protegen el complejo y en que los militares estadounidenses proporcionan suficiente seguridad al edificio de las Naciones Unidas.

El atentado se produce un día antes de que el presidente de EEUU, George W. Bush, se dirija a la Asamblea General de la ONU para supuestamente proponer un plan de refuerzo del papel del organismo internacional en el país.

Los países que más críticos se mostraron con la guerra en Irak, como Francia, Alemania o los países árabes, han insistido en la necesidad de que la ONU asuma mayores parcelas de autoridad en detrimento de la Autoridad Provisional controlada por EEUU.

Además, han sugerido que la fuerza militar de pacificación de Irak dependa de la ONU y no de un mando estadounidense, aunque EEUU se ha mostrado reacio a ceder por el momento parcelas de poder.

Las fuerzas estadounidenses presentes en Irak (unos 140.000 soldados) parecen en estos momentos mucho más discretos que hace unos meses y no es tan frecuente verlos patrullando por las calles de Bagdad.

Al mismo tiempo, la policía iraquí comienza a hacerse más visible en la organización del tráfico y en la protección de edificios.

Aunque los atentados terroristas fueron numerosos y sangrientos durante el mes de agosto -no solo la ONU, sino también la embajada de Jordania y el santuario del Imam Ali en Nayaf-, septiembre transcurre relativamente tranquilo, y los atentados han sido esporádicos y siempre contra los militares estadounidenses.

Según dijo a los periodistas el capitán Shoun Kelly, del Segundo Regimiento de Caballería blindada, un hombre que conducía un coche cargado con explosivos intentó entrar en el complejo que la ONU ocupa en el Hotel Canal y que alberga a casi todas las agencias dependientes del organismo internacional.

“Al ver que no podía entrar (en el complejo), cambió su objetivo contra los civiles”, explicó el capitán.
“Parece que la explosión se produjo mientras estaban registrando su coche”, añadió, y dijo que todo indicaba que él mismo había accionado el dispositivo para hacer estallar el artefacto.

Sin embargo, no supo explicar las características del explosivo, que estalló poco después de las 08.00 de la mañana hora local (04.00 GMT).
El atentado se produjo a la entrada del aparcamiento destinado a las fuerzas de seguridad que protegen el complejo y, de hecho, el otro muerto y la mayoría de los heridos son también policías.

En aquel momento, no había personal trabajando en la sede de la ONU, por lo que nadie del organismo internacional ha sufrido daños, y podría ser que el explosivo estuviera preparado para estallar más tarde, cuando comenzase la jornada laboral.

El lugar fue inmediatamente acordonado por soldados estadounidenses, mientras los helicópteros militares sobrevolaban la zona.
El 19 de agosto, el mismo Hotel Canal fue objeto de una tremenda explosión con un coche-bomba que ocasionó más de veinte muertos, entre ellos el enviado especial de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Melo, y el capitán de navío español Manuel Martín Oar.

Martín Oar era el adjunto de Miguel Benzo, quien ejerce de enlace entre la ONU y la Autoridad Provisional presidida por el estadounidense Paul Bremer, máximo órgano de poder en Irak.

Desde aquel atentado, la ONU redujo drásticamente su personal en Irak -que era de 600 personas, sin contar los locales- y trasladó a su personal a vivir fuera del Hotel Canal.
El capitán Kelly insistió en todo momento en que el autor del atentado de hoy no había podido traspasar las barreras que protegen el complejo y en que los militares estadounidenses proporcionan suficiente seguridad al edificio de las Naciones Unidas.

El atentado se produce un día antes de que el presidente de EEUU, George W. Bush, se dirija a la Asamblea General de la ONU para supuestamente proponer un plan de refuerzo del papel del organismo internacional en el país.

Los países que más críticos se mostraron con la guerra en Irak, como Francia, Alemania o los países árabes, han insistido en la necesidad de que la ONU asuma mayores parcelas de autoridad en detrimento de la Autoridad Provisional controlada por EEUU.

Además, han sugerido que la fuerza militar de pacificación de Irak dependa de la ONU y no de un mando estadounidense, aunque EEUU se ha mostrado reacio a ceder por el momento parcelas de poder.

Las fuerzas estadounidenses presentes en Irak (unos 140.000 soldados) parecen en estos momentos mucho más discretos que hace unos meses y no es tan frecuente verlos patrullando por las calles de Bagdad.

Al mismo tiempo, la policía iraquí comienza a hacerse más visible en la organización del tráfico y en la protección de edificios.

Aunque los atentados terroristas fueron numerosos y sangrientos durante el mes de agosto -no solo la ONU, sino también la embajada de Jordania y el santuario del Imam Ali en Nayaf-, septiembre transcurre relativamente tranquilo, y los atentados han sido esporádicos y siempre contra los militares estadounidenses.

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