Donald Trump prepara el show del presupuesto

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En el anterior, la mayoría de sus iniciativas y propuestas entró en vía muerta.

La Casa Blanca se apresta a enviar al congreso el segundo presupuesto de la era Trump. Todo indica que demandará sustanciales recortes en el gasto interno del país. También reclamará apoyo y recursos para su gran plan de renovar y actualizar la infraestructura de Estados Unidos.

Pero si se repite lo ocurrido con el primero, el enviado el año pasado, no hay mucho margen para ser optimista. Durante 2017 el Congreso no mostró la menor voluntad por bajar el gasto y reducir el déficit, que luego de la reforma impositiva aprobada amenaza con crecer en forma progresiva.

Se supone que pedirá más recursos para gastar en el área de defensa, y que hará una descripción de en qué consisten los lineamientos del gran programa de infraestructura que demandaría, durante varios años, un total de US$ 1,5 billones (millones de millones).

Si repite la técnica del año pasado, más que propuestas concretas, serán listados de temas a considerar en cada caso.

Obviamente Trump sabe lo que puede esperar. Por eso monta el show que lo muestra como un campeón de la austeridad, cuando sus políticas –según críticos y observadores- amenazan la salud financiera de la nación.

El anterior presupuesto propuso eliminar docenas de organismos federales y recortar programas diversos. La mayoría de sus iniciativas fueron rechazadas a pesar de que el Congreso está controlado por el partido Republicano que lo llevó al poder.

Como se dice en el lenguaje parlamentario, muchas de las propuestas “estaban muertas antes de llegar”. Si algo faltaba para hacer utópico cualquier ahorro por esta vía, hay que recordar que el Congreso acaba de eliminar las trabas impuestas a gastos por sumas muy importantes. Miles de millones –más que los ahorros sugeridos por Trump- fueron liberados, especialmente los gastos que conciernen al Pentágono. La iniciativa convertida en ley fue bienvenida por el propio Presidente.

Difícil de explicar la contradicción.

La otra gran cuestión pendiente es cómo hará Trump, dentro de su credo de “America first” para reducir el déficit de la balanza comercial. Fue una promesa de su discurso inaugural. Pero lo cierto es que creció aún más durante su primer año de gobierno. No será nada sencillo cuando ello puede causar graves conflictos comerciales con protagonistas relevantes como China, la Unión Europea o el propio Japón.

 

 

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