<p>La presidenta brasileña invitó a treinta importantes empresarios brasileños al Palacio del Planalto para hacer el anuncio que incluye la construcción de 7.500 kilómetros de ruta y 10.000 de vías férreas. Las inversiones serán estatales y privadas y las obras serán licitadas.</p>
<p>Uno de los invitados, el empresario minero Eike Batista, uno de los empresarios más ricos del mundo, dijo que “este programa es un espectáculo”. “Este gobierno tiene suerte en el timing, porque hay un exceso de capitales en el mundo y si ofrecen un proyecto en un país grande con recursos, yo voy”. Actualmente Batista, que bautizó al plan como el “Kit de la felicidad”, construye el puerto privado más grande del mundo, ubicado entre Río y Sao Paulo, el cual fue recientemente visitado por la Presidente.</p>
<p>Con este anuncio Brasil mata dos pájaros de un tiro, ya que la mala infraestructura de transporte del país es uno de los reclamos más frecuentes entre los inversionistas extranjeros. Por otra parte, el crecimiento de la economía del país, ha venido cayendo en picada, de más de 7% en 2010, al 2% que se proyecta para este año.</p>
<p>La Folha de Sao Paulo recuerda que el anterior presidente, Lula da Silva, anunció en 2007 un plan de infraestructuras por 1200 millones de reales, que finalizaría en 2013, pero de los ocho proyectos previstos sólo se realizan tres. Los otros cinco ni siquiera comenzaron.</p>
<p>El ministro de Transporte, Paulo Passos, recalcó que la modernización de la red ferroviaria es una urgencia porque “90% es del siglo XIX y comienzos del XX, cuando los trenes de pasajeros viajaban a 40 kilómetros por hora”.<br />
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Dilma anuncia plan de infraestructuras
Con el anuncio de un tren bala que recorrerá el trayecto entre Río de Janeiro y Sao Paulo, inaugura un gran plan de infraestructuras por US$65.000 millones que incluye además carreteras. Las obras finalizarían en 2018.