Dilemas de los radicales para 2015

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Expectativas en medios, electores informados y la casi totalidad de los círculos políticos encienden declaraciones de Elisa Carrió, fotos de dirigentes con candidatos de otros espacios o la llamada “Cumbre de San Fernando”.

El director de Asesoramiento Político, Estratégico Integral de Isonomía Consultores, Pablo Knopoff, analizó las últimas noticias de orden político que contienen con gran peso a los distintos espacios del radicalismo.

 

Ahora ¿qué explica el peso de los radicales, siendo que aparecen algo relegados en la escena nacional en términos de proyección electoral? la respuesta es sencilla, ante los niveles de paridad estructural entre Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa en términos generales (y en particular entre estos dos últimos por un voto filo opositor), la Unión Cívica Radical cobra fuerza y peso al poder convertirse en potenciales actores de veto si es que no vuelcan su electorado hacia un espacio político en particular.

A modo de ejemplo, cuando se realizan escenarios de segunda vuelta, el votante de FAUNEN aparece como actor relevante, ya que le traslada un 60% de su voto hacia Mauricio Macri o Sergio Massa en caso de que enfrenten a Daniel Scioli, a quien le traslada un 30%.

 

Asimismo, una de las llaves que puede romper la actual paridad es que de los aproximadamente 50 puntos de voto que se reparten entre el referente del PRO y el del Frente Renovador, alguno pueda capitalizar con mayor definición al votante de FAUNEN.

 

Por el momento, el reparto (en escenarios teóricos) es casi igual, con una leve superioridad por parte de Mauricio Macri.

 

Hay otros ejes en términos de opinión pública que resulta relevante tener en consideración.

 

En el votante de FAUNEN existe una cierta debilidad del voto propio, siendo que, de los que eligen a un candidato del espacio en un escenario de elecciones generales, aparecen los niveles más bajos de creencia de que ganarían la elección –solo un 16% de ellos cree que su candidato puede ganar- y los niveles más altos de que votarían a otro candidato en caso de que el suyo no se presentase.

 

Todo esto genera dilemas que la dirigencia debe resolver sobre el marco expuesto.

 

Por un lado, ¿cómo lograr con el peso electoral actual ser parte de la distribución de poder venidera?

 

Y por otro, ¿cuánto puede definir la sociedad lo que la dirigencia radical no defina?

 

En cuanto a lo primero, parece que los niveles de voto actuales a nivel nacional, sin importar que candidato uno elija en los escenarios electorales, los deja relegados de la competencia por la presidencia en 2015 y con una boleta que arrastraría negativamente en el grueso de los distritos.

 

En ese contexto algunos sostienen que siendo parte de un frente con otros candidatos, sea Macri o Massa, podrían obtener mucho peso en los poderes legislativos (nacionales, provinciales y locales), tomar el lugar de la vicepresidencia, varias vice-gobernaciones, algunas gobernaciones y varias intendencias.

 

Por otro lado, y los números dejan abierto el tema, parece que cierta parte de su electorado, en caso de tener que dirimir la elección, relegaría a su candidato radical, por lo que vale preguntarse cuánto del voto se sostendría manteniéndose fuera de frentes electorales.

 

No es sencillo lo que tienen por delante los radicales porque aparecen relegados ante Macri (que ocupó su lugar ideal de no peronismo opositor) y Massa (que también tomo independientes opositores), siendo que tienen un cúmulo de voto propio que no crece y que aparece como el voto menos duro o con más capacidad de pivotear o moverse hacia otras opciones y con menor convicción de triunfo, pero que con ello pueden ser parte importante en la distribución de poder que abre el fin de ciclo kirchnerista.

 

La decisión es todavía más difícil, porque con lo dicho, la gente podría decidir hacia otras candidaturas, quitándole peso a la propia y entonces relegándola en los cargos a disputar.

 

Los radicales son hoy actores de enorme poder con decisiones difíciles de tomar, que pueden multiplicar su poder o reducirlo; el escenario está abierto y la decisión está en sus manos aunque será la sociedad la que finalmente decida.

 

 

                                                                                                          

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