Digitalizar también la construcción

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Los impactos ambientales están cada vez más en el foco de los inversores. Al mismo tiempo, la construcción de edificios se encuentra entre los mayores responsables del consumo de recursos, generación de residuos y emisiones CO2, incluso por encima de la industria y el transporte.

La tecnología necesaria para el desarrollo de edificios verdes ya existe, su aplicación depende de nosotros. ¿Cómo integrar datos y generar valor agregado con las nuevas tecnologías de diseño para construir edificios sustentables e inteligentes? ¿Cuáles son los beneficios de las construcciones con sello eco smart?

 

Por definición, un edificio con estas características utiliza distintas tecnologías para hacer más eficiente su uso y control. Estas tecnologías abarcan principalmente cuatro categorías: seguridad, comunicaciones, apoyo logístico y automatización de procesos. Un smart building regula su temperatura y recicla el agua, optimizando la energía, uno de los grandes pilares de la sustentabilidad de las obras.

 

La llamada Cuarta Revolución Industrial que vivimos actualmente nos ofrece múltiples herramientas para hacer más eficientes los procesos, y mejorar la calidad y la sustentabilidad de las construcciones que habitamos.

 

En las sociedades 4.0, lo digital, big data y la realidad virtual impactaron en todos los sectores, incluso en los más tradicionales.

 

El diseño arquitectónico, por supuesto, no escapa a esta realidad. Algunos de los ejemplos de la transformación digital los podemos ver en las nuevas técnicas de producción proyectual como Building Information Modeling (BIM); la realidad aumentada y la nube de puntos.

 

BIM es un recurso que permite generar y gestionar datos de los edificios durante su ciclo de vida, valiéndose de un software dinámico y en tiempo real de modelado en 3D. Si bien las ventajas de esta tecnología son muchas, quizás la más importante es que nos ofrece una clarificación del estado actual/final del edificio, dando acceso a una mejor coordinación y detección de interferencias. Además, el sistema sirve para realizar un testeo preliminar del rendimiento ambiental de la obra, fundamental para certificar en LEED (Leadership in Energy & Environmental Design).

 

También podemos mencionar cloud computing –la nube– que permite trabajar de manera remota y en simultáneo con distintas personas sin necesidad de un software especial sobre la información que se va almacenando. Y, desde ya, el uso de robótica y drones que permitirán reemplazar a personas en lugares de difícil acceso, pocos seguros, y/o en tareas muy repetitivas.

 

En suma, la utilización de la tecnología big data, los procesos 3D y la realidad virtual son herramientas de gran ayuda para la toma de decisiones durante el proceso de construcción. Junto con los programas de gestión y gerenciamiento, el diseño arquitectónico 4.0 ayuda a terminar con un viejo problema del sector: cumplir con los plazos y costos previstos para cualquier tipo de obra.

 

La revolución digital cambió la forma en que se gestiona y presenta la información. Esto impacta no solo en el producto final, sino también en el cliente que ahora puede ver exactamente cómo va a quedar su oficina o vivienda, y que está en el centro de las decisiones porque la tecnología se lo permite.

 

Y transformó al sector, sin dudas, ya que permite integrar y consolidar en un solo gran proceso al diseño y la construcción.

 

Proyectar un futuro sustentable

 

Frente a los desafíos que plantea el cambio climático, con riesgos que están cada vez más en el radar de los inversores; y considerando el default ambiental en que se encuentra el mundo –y especialmente nuestro país– es fundamental un cambio de paradigma, que incorpore y capitalice las potencialidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías puestas al servicio del diseño y la construcción, a fin de generar espacios más saludables para las personas y más respetuosos del ambiente en un contexto de recursos escasos.

 

Los profesionales del sector y los comitentes están apostando a este tipo de construcciones del futuro, desarrolladas bajo estándares sustentables de aval internacionales como las Certificaciones LEED, BREEAM o Passivhaus.

 

En esta transición es importante el rol activo del Estado, promoviendo políticas públicas, incentivos fiscales y financiando programas sustentables no solo en los centros urbanos sino también en el interior.

 

Y de nosotros como consumidores, incorporando patrones sustentables en nuestros hábitos; en la forma en que hacemos las cosas, en cómo usamos los recursos del planeta y cómo habitamos los espacios en que vivimos. Proyectar un futuro más verde y sustentable es responsabilidad de todos.

 

(*) Director de ESARQ | Estudio Swiecicki Arquitectos.

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