Detroit: principio de acuerdo entre General Motors y el sindicato

Casi 74.000 trabajadores agremiados retoman tareas, tras un arreglo tentativo entre United Auto Workers y GM, con vistas al nuevo convenio. Richard Wagoner, presidente ejecutivo, cree que “podremos cerrar brechas de competencia en el negocio”.

26 septiembre, 2007

Ronald Gettelfinger, jefe de UAW, informó que un acuerdo provisional surgió en la madrugada del miércoles. En cuestión de horas, se reanudaba el trabajo en las plantas, después del primer paro general en 37 años. El sindicato someterá el arreglo a ratificación del personal, esta misma semana y la votación definitiva empezará el viernes. Pero, antes, el sindicato decidirá con cuál de las otras dos empresas encarará negociciones para los nuevos convenios.

Clave del acuerdo provisorio es una fórmula para aliviar presiones financieras sobre las acosadas compañías de Detroit. En particular, compromisos que datan de hace medio siglo y llevan a solventar la atención médica de jubilados cuyo número supera hoy al de aportantes activos. Eso en una industria mucho más automatizada, tercerizada y extranjerizada que en los años 50.

Para GM esa carga representa casi US$ 51.000 millones en obligaciones al descubierto que vencen de ahora a 2006. Para las tres firmas de Detroit, el total se acerca a US$ 100.000 millones en diez años. Esos compromisos, sostienen los ejecutivos, podrían añadir unos mil dólares por vehículo terminado. Pero este factor se agrega a malas decisiones de management, entre ellas insistir en utilitarios deportivos que no se venden, y explican el avance de Toyota Motor, Nissan o Honda.

Según Gettelfinger, el acuerdo “asegurará los beneficios a los jubilados, que se financiarán durante ochenta años vía un fideicomiso independiente. En este caso, los aportes correrán a cargo de GM y serán supervisados por el sindicato. Los términos del entendimiento prescriben que la compañía transfiera 70% de gastos médicos para pasivos a una sociedad de beneficios voluntarios al personal (VEBA, en la sigla inglesa)”.

El dirigente gremial explicó que UAW invertirá eso fondos y asumirá responsabilidad por la atención médica de unos 340.000 jubilados y sus dependientes. Este acuerdo probablemente siente pautas para negociaciones con Ford Motor y Chrysler holding.

Otro punto relevante es la reducción de los llamados “bancos de trabajo”, que abonan a desocupados del gremio salarios completos, aunque permanezcan años ociosos. También se le pagará menos a gente recién ingresada o sin capacidad inicial suficiente.

Ronald Gettelfinger, jefe de UAW, informó que un acuerdo provisional surgió en la madrugada del miércoles. En cuestión de horas, se reanudaba el trabajo en las plantas, después del primer paro general en 37 años. El sindicato someterá el arreglo a ratificación del personal, esta misma semana y la votación definitiva empezará el viernes. Pero, antes, el sindicato decidirá con cuál de las otras dos empresas encarará negociciones para los nuevos convenios.

Clave del acuerdo provisorio es una fórmula para aliviar presiones financieras sobre las acosadas compañías de Detroit. En particular, compromisos que datan de hace medio siglo y llevan a solventar la atención médica de jubilados cuyo número supera hoy al de aportantes activos. Eso en una industria mucho más automatizada, tercerizada y extranjerizada que en los años 50.

Para GM esa carga representa casi US$ 51.000 millones en obligaciones al descubierto que vencen de ahora a 2006. Para las tres firmas de Detroit, el total se acerca a US$ 100.000 millones en diez años. Esos compromisos, sostienen los ejecutivos, podrían añadir unos mil dólares por vehículo terminado. Pero este factor se agrega a malas decisiones de management, entre ellas insistir en utilitarios deportivos que no se venden, y explican el avance de Toyota Motor, Nissan o Honda.

Según Gettelfinger, el acuerdo “asegurará los beneficios a los jubilados, que se financiarán durante ochenta años vía un fideicomiso independiente. En este caso, los aportes correrán a cargo de GM y serán supervisados por el sindicato. Los términos del entendimiento prescriben que la compañía transfiera 70% de gastos médicos para pasivos a una sociedad de beneficios voluntarios al personal (VEBA, en la sigla inglesa)”.

El dirigente gremial explicó que UAW invertirá eso fondos y asumirá responsabilidad por la atención médica de unos 340.000 jubilados y sus dependientes. Este acuerdo probablemente siente pautas para negociaciones con Ford Motor y Chrysler holding.

Otro punto relevante es la reducción de los llamados “bancos de trabajo”, que abonan a desocupados del gremio salarios completos, aunque permanezcan años ociosos. También se le pagará menos a gente recién ingresada o sin capacidad inicial suficiente.

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