Detrás de la luz vienen el gas y el resto de los servicios públicos que se escalonarán en la pirámide social

El descongelamiento de las tarifas de luz y gas sitúa la línea de corte en los bajos consumos, a fin de alinearse con el criterio de mejoras en las remuneraciones que se basa en el alza de los mínimos. 
De este modo, la administración kirchnerista busca establecer un nuevo piso social, donde actúen directamente los subsidios al consumo de servicios públicos y el resto quede librado al pago de los usuarios conforme a una pirámide de tarifas consistente con la que rige para los sueldos.
Si bien el salario mínimo dispuesto esta semana arranca de $ 1.200 y en el mismo escalón se acomodarán a las jubilaciones básicas, el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias se llevaría de los actuales $ 3.346 para solteros y $ 4.577 para casados, a $ 5.900 para éstos últimos, quienes a la vez quedarán alcanzados por las asignaciones familiares.
La mejora de bolsillo que en consecuencia recibirían las escalas intermedias de los convenios laborales vendrá del lado de una menor deducción impositiva y de la incorporación de los subsidios por cónyuge e hijos para los que hayan sido desgravados. 
El Ministerio de Economía intenta compensar la ausencia de $ 600 millones de los contribuyentes de cuarta categoría de ganancias que sean desafectados de pagarlo con la extensión del tributo a los fideicomisos financieros, incluidos los pooles de siembra y excluidos los destinados a obras de infraestructura.
La estructura tarifaria que corresponderá a esta nueva estratificación social ideada por el gobierno, en medio de un proceso inflacionario que no se refleja en los índices oficiales, mantiene los consumos mínimos congelados y aplica los aumentos progresivamente para afectar en forma proporcional a los poderes adquisitivos más altos.

Mientras se espera la resolución que establezca el nuevo cuadro tarifario, el criterio se mostró en la suspensión de las bonificaciones para los hogares que consumen más de 1.000 kilovatios por bimestre hora (bajo la órbita de Edenor, Edesur y Edelap) que ahorren consumo eléctrico, y también para los de más de 1.000 metros cúbicos anuales de todo el país, que se publicó en el Boletín Oficial. El ajuste impactará sobre los clientes de más de 650 kilovatios hora y el porcentaje oscilará entre 10 y 30%.La medida recae sobre unos 400.000 clientes eléctricos, que se llevan el 30% del consumo domiciliario. En el gas recae sobre todos los clientes de las distribuidoras y, en lo particular, afectará a 1,5 millón de usuarios, 30% de la demanda nacional de gas. Las tres distribuidoras se encargaron de aclarar que el ajuste tarifario por aplicar se medirá con respecto al consumo de electricidad del bimestre julio-agosto. Pasado este período en el que se impone el incremento anunciado, la factura variará según los premios y castigos fijados por el Programa de Uso Racional, para que aquellos ahorren o consuman más electricidad que el promedio de los últimos seis períodos. GasTras el incremento de hasta 30% en la electricidad que consumen los hogares, según la tabla que va de menor a mayor, llega al turno al GNC. Las estaciones de servicio recibirán un ajuste del 10% que mayormente será trasladado al gas vehicular. Esto significa que el metro cúbico, que ahora vale entre 85 y 90 centavos, costará cerca de un peso en las próximas semanas. A la vez, se supo que están a consideración varios esquemas para aplicar otro aumento para el gas domiciliario, que además podría beneficiar a las empresas de transporte y a las petroleras que extraen el gas directo del pozo. Al estar de las declaraciones efectuadas por el titular de Edenor, Alejandro Macfarlane, la recomposición de la tarifa de electricidad continuará. Esta primera etapa se concedió para que las distribuidoras eléctricas pudieran afrontar las mejoras salariales obtenidas por el gremio de Luz y Fuerza, y se espera que para febrero del año próximo haya otro ajuste "para ser rentables".

El segundo paso que se viene para las tarifas es el gas domiciliario, para el que, a diferencia de la electricidad, en unos días buscarán equilibrar toda la cadena del sector. 
Los técnicos oficiales elevaron al Ministerio de Planificación varios esquemas de incrementos. El objetivo es compensar por los mayores costos a todos los segmentos. Esto es, a las empresas de transporte y distribución de gas y a las petroleras que extraen el combustible. 
Las dos transportistas (TGN y TGS) no tienen aumento desde 2001 y no renegociaron sus contratos tras la devaluación. En cambio, las petroleras obtuvieron dos aumentos del precio del gas en boca de pozo desde 2004. Y de las ocho distribuidoras del país, sólo Gas Ban fue autorizada a aplicar un ajuste promedio de tarifa para sus usuarios del 15 %. Otras seis renegociaron sus contratos y esperan por un incremento del 15% sólo para usuarios industriales y comerciales. 
Metrogas ni siquiera llegó a un acuerdo por la renegociación de su contrato de concesión. Ante estos impedimentos, se pensaría en una suerte de recomposición por mayores costos. 
De resultas del reacomodamiento sectorial en marcha, en los domicilios se recibirán aumentos en la tarifa de gas, entre el 10 y el 30%, según el consumo, en los próximos 10 días.
Grandes consumidores
Para las estaciones de gas, el rubro energía eléctrica forma una parte significativa en los costos del metro cúbico de combustible expendido por la cantidad de kilowatts que insumen las plantas compresoras. 
En general, la mayoría de los estacioneros están calificados como 'grandes consumidores', sobre los que recayó un aumento en la boleta de luz del 10%. Hasta Rosario Sica, presidenta de FECRA, una de las agrupaciones de estacioneros, confirmó que habrá un efecto en el precio del gas vehicular. 
"El precio del GNC es libre", dijo Enrique Fridman, titular de la Cámara de Expendedores del Gas Vehicular. "Hay que evaluar el impacto".