<p>Sin duda, la desocupación sigue al frente en España: 4.978.000 de individuos, sin contar quienes ya no buscan empleo. El gobierno saliente (José Luis Rodríguez Zapatero) no puede domeñarla y su casi seguro sucesor, el líder de la derecha, Mariano Rajoy, no ha presentado hasta ahora un plan.<br />
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Las cifras son de suyo desalentadoras y, además, poco oportunas –pero no sorpresivas- para un gobierno que afronta difíciles elecciones el 20 de noviembre. Sólo la pasada temporada de vacaciones estivales feriados impidió que el desempleo superase 22%. <br />
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Una estadística paralela resulta aun más inquietante: en septiembre había 1.425.000 familias sin ningún miembro trabajando. Vale decir, 57.700 de aumento en el tercer trimestre. Por supuesto, el partido Popular (la derecha) festeja ya una inevitable derrota de Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato oficialista.<br />
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Mientras tanto, en la UE el desempleo promedio alcanzaba 9,5%. Pero, este último trimestre, el nivel de desocupación juvenil (gente entre 18 y 25 años de edad) era preocupante: 20,7%. En ese clima, nadie menos que el rey Juan Carlos I sostuvo que “la falta de trabajo es un problema clave”. Ya ni las excentricidades de una venerable duquesa seducen al público español: las revistas del corazón venden cada mes menos.<br />
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La cuestión italiana es de otra naturaleza, aunque los devaneos del tambaleante primer ministro Silvio Berlusconi aporten un papelón tras otro. Ahí se trata de una impresionante deuda pública. Al respecto, una emisión por € 7.935 millones de eurobligaciones a mediano y largo plazos –considerada como prueba piloto para medir la confianza de los mercados especulativos- resultó decepcionante. Ello explica que las tasas de títulos a diez años hayan tocado 6,06% anual.<br />
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La tercera economía de la Eurozona, pues, ocupa este fin de semana el centro de la eurocrisis y llegará maltrecha a Cannes, donde la semana entrante deliberará el grupo de los 20. Por cierto, se teme que los costos del endeudamiento italiano desborden la capacidad de la UE para acudir en auxilio de Roma. En otras palabras, los acuerdos del miércoles 26 corren peligro de diluirse antes de tiempo.<br />
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Un desenlace de ese tipo dejaría en el aire las promesas de Berlusconi a sus socios de la Eurozona, entre ellas un paquete de ajustes (la austeridad que Paul Krugman acaba de desvirtuar aludiendo a toda la región). Su idea es impulsar la economía y reducir la deuda pública a menos de 120% del PI. <br />
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Pero el propio Cavaliere acaba de dispararse en el zapato, afirmando que “el euro no convence a nadie como moneda porque no hay un gobierno económico único”. Dado que Umberto Bossi, aliado separatista del oficialismo, preferiría una “lira padana”, Giulio Tremonti, ministro económico, debió salir con un enésimo desmentido. <br />
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Desocupación española y deuda italiana en alza
Pese a los acuerdos en la cumbre de la Unión Europea, Italia encíende luces rojas: la tasa sobre bonos a diez años saltó a 6,06% anual. Mientras, el desempleo hispano marca otro récord: 21,5% de la población activa, o sea cinco millones de personas.