Demócratas proponen un presupuesto sensible a las presiones de Bush

Sin lograr que algunos de los suyos apoyen al oficialismo en el senado, los demócratas tratan de sortear trabas que llevan un año. Ahora se trata de un paquete de gastos 2007/8 que respeta los máximos dictados desde la Casa Blanca.

18 diciembre, 2007

El proyecto que se votaba este martes eleva partidas para atención médica de veteranos y educación terciaria, temas poco gratos a George W.Bush. El monto en juego asciende a US$ 515.000 millones, inclusive 31.000 millones para la guerra en Afganistán-Pakistán.

Pero ese paquete no menciona la guerra en Irak, aunque sí una pila de partidas para proyectos personales de legisladores. Como suele ocurrir en Argentina, son inevitables en un año electoral. “Es lo mejor que podemos hacer para congelar erogaciones como quiere el presidente, a quien sólo le gusta gastar en aventuras bélicas”, señalaba el demócrata (Wiscosin) David Obey, presidente de la comisión presupuesto en diputados.

A criterio del representante, “este proyecto no sirve para cubrir necesidades de largo plazo, pero sería peor si los republicanos fuesen mayoría en ambas cámaras”. En verdad, una alianza de facto entre oficialistas y demócratas de derecha le permite a Bush trabar medidas que no le gustan y conseguir las de que desea su gobierno. Esta curiosa situación puede prolongarse más allá del cambio presidencial, hasta los comicios parlamentarios de 2010.

No obstante, la ausencia de partidas para Irak puede provocar el enésimo veto de Bush. Para evitarlo, los senadores republicanos y sus aliados demócratas planean agregar fondos para esa guerra cuandos el proyecto llegue a la cámara alta, quizás en enero.

El proyecto que se votaba este martes eleva partidas para atención médica de veteranos y educación terciaria, temas poco gratos a George W.Bush. El monto en juego asciende a US$ 515.000 millones, inclusive 31.000 millones para la guerra en Afganistán-Pakistán.

Pero ese paquete no menciona la guerra en Irak, aunque sí una pila de partidas para proyectos personales de legisladores. Como suele ocurrir en Argentina, son inevitables en un año electoral. “Es lo mejor que podemos hacer para congelar erogaciones como quiere el presidente, a quien sólo le gusta gastar en aventuras bélicas”, señalaba el demócrata (Wiscosin) David Obey, presidente de la comisión presupuesto en diputados.

A criterio del representante, “este proyecto no sirve para cubrir necesidades de largo plazo, pero sería peor si los republicanos fuesen mayoría en ambas cámaras”. En verdad, una alianza de facto entre oficialistas y demócratas de derecha le permite a Bush trabar medidas que no le gustan y conseguir las de que desea su gobierno. Esta curiosa situación puede prolongarse más allá del cambio presidencial, hasta los comicios parlamentarios de 2010.

No obstante, la ausencia de partidas para Irak puede provocar el enésimo veto de Bush. Para evitarlo, los senadores republicanos y sus aliados demócratas planean agregar fondos para esa guerra cuandos el proyecto llegue a la cámara alta, quizás en enero.

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