<p>Esta medida, obviamente, es una presión y parte de una entidad a quien nadie ha votado. En términos simples, la calificadora saca a Estados Unidos de la clase con garantía plena y puede provocar otro maremoto este lunes. Ya la semana que acaba ha sido la peor desde diciembre de 2008.<br />
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Varios analistas, desde Hong Kong o Singapur hasta Nueva York, temen que ésta sea una “recesión II”. En otras palabras, la primera (2008/09) quizás haya sido la primera y ahora sobrevenga otra, en un clásico “efecto W”, dos pisos, no ya uno. Al margen de variantes, Nouriel Roubini, Floyd Norris, Martin Feldstein, Paul Krugman o Joseph Stiglitz afirman que la economía ha ido más debajo de lo estimado y se recobra –si lo hace- a mucho menor ritmo que el supuesto.<br />
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Al margen de matices, algunos de esos expertos ya hablan de una “depresión II”, dejando la de 1933/7 como primera. Pero hay una diferencia clave: en los años 30 existía consenso político favorable para que el gobierno estimulase la economía, así lo hizo y el fenómeno se frenó (además estaba John Maynard Keynes). Hoy es al revés: al margen de colores políticos, EE.UU. y la Eurozona sancionan recortes de gastos, alza de techos deudores o programas de austeridad tan ortodoxos como contraproducentes.<br />
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Contra la pared, este fin de semana se desentierra el anacrónico “grupo de los 7” (EE.UU., Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia), pero ¿por qué? Porque no se desea convocar al grupo de los 20, donde tercian potencias más sólidas tipo China, Brasil, Turquía, Rusia, Sudáfrica o India. Con matices, ya no confían en Washington ni apoyan costosos rescates que, en realidad, benefician a la gran banca privada, no a economía alguna.<br />
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Según Timothy Geithner (hacienda), David Cameron (primer ministro británico) y tres personajes un poco patéticos –Nicolas Sarkozy, Silvio Berlusconi, José Luis Rodríguez Zapatero-, no hay certezas de haberse iniciado otra recesión. Pero aumenta la convicción de que ciertos problemas de fondo, culpables de la crisis sistémica occidental (2007/09), siguen pendientes. Por ejemplo, las malas hipotecas que pesan sobre el público en EE.UU. o España, y el desempleo estructural en esos mismos dos países, al margen de sus cifras (9,2/9,5% en el primero, 21% en el segundo). <br />
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Pese al rescate griego y al pacto para elevar de US$ 14,3 a 16,4 billones (14,7%) el tope de endeudamiento en EE.UU., inversores y especuladores creen que los principales gobiernos de Occidente no han hecho lo bastante para tapar tantos agujeros.<br />
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Degradan a EE.UU. y viene la recesión II
Standard & Poors lo bajó de AAA a AA+. Nunca había pasado y menos por un motivo político. Para la agencia, el acuerdo del martes resulta insuficiente para afrontar el enorme déficit presupuestario y un endeudamiento ubicado en US$ 16,4 billones.