<p>Algunos analistas geopolíticos europeos se preguntan ya si la Web no será caldo de cultivo –en vez de simple caja de resonancia- para revueltas, puebladas y violencia social. En todo caso, la ciega decisión egipcia de dejar a 85 millones de personas aisladas del mundo virtual puede ser un arma de dos filos.<br />
<br />
Por supuesto, Mubarak, su hijo Gamal y el torpe entorno de ambos autócratas pretende un ciberimposible: tapar el sol –o los incendios- con las manos. En efecto, este absurdo dictado el viernes, domingo islámico, priva de Internet, celulares y mensajería de textos a un país vital para Levante. Pero no ha atenuado la sangrienta efervescencia en las ciudades egipcias (más de 120 muertes según fuentes de la Liga Árabe) y, por el contrario, ha iniciado una reacción internacional en cadena, con Washington a la cabeza.<br />
<br />
Encerrar en una mezquita al máximo opositor moderado del régimen, Mohammed el-Baradéi, empeora las cosas. Por supuesto, el “apagón” no tiene antecedentes en el mundo, salvo en gobiernos totalitarios como Birmania, Zimbabwe o, hasta cierto punto, Cuba e Irán.<br />
<br />
Pero hay un matiz adicional: sólo Egipto ha tomado medidas explícitas. Las otras autocracias han preferido hacer su tarea <em>sottovoce</em>. Sin embargo, la onda expansiva opuesta no se ha quedado atrás. Por de pronto, este fin de semana se despliegan <em>firewalls </em>y otros recursos para conectar Facebook o Twitter captando videos, fotos y mensajes originados de Egipto. Por ejemplo, en pleno desierto de Cirenaica –provincia oriental de Libia- un equipo de hackers opera desde el jueves por la noche. Se los supone aliados a el-Baradéi.<br />
<br />
Cabe señalar que El Cairo viene atacando la Web desde 2007 y también emplea <em>hackers</em>. En realidad, este “apagón” es el fruto de una oficina supervisora de opiniones disidentes, inclusive provenientes del sector privado. <br />
</p>
De Túnez a Egipto: ¿la Web estimula revueltas?
Hosní Mubarak se abroquela desencadenando el mayor apagón de Internet en la historia. Su situación es crítica y sus tres aliados claves Israel, Saudiarabia, Jordania- no saben qué hacer. El cuarto, EE.UU., amenazó con cortar la ayuda.