De la Rúa y Alvarez buscan un acuerdo

En un almuerzo, el presidente y su vicepresidente acordaron seguir el diálogo. De la Rúa le pidió a Chacho que presidiera la reunión de Gabinete.

4 octubre, 2000

El almuerzo entre el presidente Fernando de la Rúa y el vicepresidente Carlos Alvarez–realizado ayer en la Casa Rosada– no registró, según voces cercanas a ambos, una definición para superar sus discrepancias públicas sobre el modo de resolución del escándalo de los presuntos sobornos en el Senado, durante la sanción de la reforma laboral. El flamante vocero presidencial–Ricardo Ostuni– negó que la reunión tuviera como objetivo el pulimiento de diferencias “Evaluaron el paro de camioneros”—informó—.

La evolución de la tensa relación mutua, según trascendió, dependerá en buena medida de los acontecimientos de los próximos días en el Senado. Alvarez pretende que el PJ y la UCR emitan señales de que la crisis tendrá un cauce político para terminar con “el sistema” bipartidista de intercambio de favores. Esas señales no son otras que las renuncias de los senadores cuestionados por presuntos actos de corrupción como Emilio Cantarero (PJ-Salta) y Jorge Massat (PJ-Santa Fe), acusado de lavado de dinero destinado a campañas políticas (lo que hemos denominado el otro escándalo del Senado). El vicepresidente también exige la renuncia del senador José Genoud (UCR-Mendoza) a la presidencia provisional de la Cámara alta.

Ayer fue día de reunión de Gabinete; el presidente De la Rúa había decidido quedarse en la quinta de Olivos para analizar toda la información sobre el asalto a la planta de Aguas Argentinas, que tuvo como resultado cinco muertos, y luego visitar en el hospital Churruca al policía herido, en vez de presidir la reunión. Alvarez, los ministros y los secretarios privados del Presidente supieron de este cambio de planes casi sobre el final del encuentro. La reunión de gabinete había comenzado con la presidencia de Alvarez “hasta tanto” llegara el jefe del Estado, que por razones climáticas iría a la casa de gobierno por tierra y no en helicóptero, como habitualmente lo hace, según dijo uno de los voceros de la Rosada.

El Presidente nunca llegó. De hecho, a la hora que estaba terminando el encuentro, De la Rúa ingresaba en el Churruca. El hecho de que Alvarez presidiera la reunión de gabinete se interpretó precisamente como una señal de confianza del Presidente hacia el jefe del Frepaso.

El almuerzo entre el presidente Fernando de la Rúa y el vicepresidente Carlos Alvarez–realizado ayer en la Casa Rosada– no registró, según voces cercanas a ambos, una definición para superar sus discrepancias públicas sobre el modo de resolución del escándalo de los presuntos sobornos en el Senado, durante la sanción de la reforma laboral. El flamante vocero presidencial–Ricardo Ostuni– negó que la reunión tuviera como objetivo el pulimiento de diferencias “Evaluaron el paro de camioneros”—informó—.

La evolución de la tensa relación mutua, según trascendió, dependerá en buena medida de los acontecimientos de los próximos días en el Senado. Alvarez pretende que el PJ y la UCR emitan señales de que la crisis tendrá un cauce político para terminar con “el sistema” bipartidista de intercambio de favores. Esas señales no son otras que las renuncias de los senadores cuestionados por presuntos actos de corrupción como Emilio Cantarero (PJ-Salta) y Jorge Massat (PJ-Santa Fe), acusado de lavado de dinero destinado a campañas políticas (lo que hemos denominado el otro escándalo del Senado). El vicepresidente también exige la renuncia del senador José Genoud (UCR-Mendoza) a la presidencia provisional de la Cámara alta.

Ayer fue día de reunión de Gabinete; el presidente De la Rúa había decidido quedarse en la quinta de Olivos para analizar toda la información sobre el asalto a la planta de Aguas Argentinas, que tuvo como resultado cinco muertos, y luego visitar en el hospital Churruca al policía herido, en vez de presidir la reunión. Alvarez, los ministros y los secretarios privados del Presidente supieron de este cambio de planes casi sobre el final del encuentro. La reunión de gabinete había comenzado con la presidencia de Alvarez “hasta tanto” llegara el jefe del Estado, que por razones climáticas iría a la casa de gobierno por tierra y no en helicóptero, como habitualmente lo hace, según dijo uno de los voceros de la Rosada.

El Presidente nunca llegó. De hecho, a la hora que estaba terminando el encuentro, De la Rúa ingresaba en el Churruca. El hecho de que Alvarez presidiera la reunión de gabinete se interpretó precisamente como una señal de confianza del Presidente hacia el jefe del Frepaso.

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