“Amar al prójimo como a sí mismo”, imitar al nuevo patrono, el santo mártir Tomás Moro, vivir el compromiso político como un servicio, dar testimonio de “una moralidad a toda prueba en la gestión desinteresada del poder”, fueron los preceptos que el Papa dirigió ayer ( domingo 5) a los políticos presentes en la Plaza San Pedro, donde se dio por finalizado el encuentro jubilar de los políticos.
La nutrida delegación argentina, en realidad la más grande de todas las que fueron, incluyó a 170 funcionarios y legisladores, 330 acompañantes y el legendario militante peronista conocido como “El Tula”.
“Amar al prójimo como a sí mismo”, imitar al nuevo patrono, el santo mártir Tomás Moro, vivir el compromiso político como un servicio, dar testimonio de “una moralidad a toda prueba en la gestión desinteresada del poder”, fueron los preceptos que el Papa dirigió ayer ( domingo 5) a los políticos presentes en la Plaza San Pedro, donde se dio por finalizado el encuentro jubilar de los políticos.
La nutrida delegación argentina, en realidad la más grande de todas las que fueron, incluyó a 170 funcionarios y legisladores, 330 acompañantes y el legendario militante peronista conocido como “El Tula”.