<p>“Ante todo, debiera examinarse qué se sabe y se ignora sobre los efectos del fenómeno actual en la economía, las finanzas, el estado y la geopolítica. Para empezar -indica el analista-, cuando Estados Unidos pesca una pulmonía, el resto del planeta ya no cae en cama”.<br />
<br />
Para seguir, agrega, “ésta es la peor crisis occidental desde los años 30. Pero, tercero, es sólo parcialmente global, si bien tiene severos efectos en economías que exportan valor agregado o dependen de importar capitales. Cuarto, varios países han lanzado paquetes inéditos de estímulos fiscales o monetarios y cuantiosos rescates. En apariencia, estos esfuerzos empiezan a rendir fruto”.<br />
<br />
Wolf supone que EE.UU. encabezará la recuperación, funcionando de nuevo como el país más keynesiano del mundo. “No –opone Paul Krugman-, si Timothy Geithner sigue en el Tesoro y Benjamin Bernanke en la Reserva Federal”. El británico sostiene que China no será la economía más exitosa, algo que el Nobel 2008 afirma a cada rato.<br />
<br />
Lamentablemente, subsisten al menos tres grandes interrogantes. ¿Hasta dónde los excepcionales niveles de endeudamiento norteamericano promoverán, si lo hacen, mayor ahorro personal? ¿Hasta cuándo los déficit corrientes continuarán sin exigir mayor compensación de riesgos vía tasa altas? Finalmente, ¿pueden los bancos centrales encarar una salida no inflacionaria de estímulos tan poco convencionales? <br />
<br />
Mientras Wolf erige la inflación en mal supremo, Krugman parece apuntar a una sistemática licuación del dólar y, con ella, la contracción de deudas en esa moneda. Por ejemplo, la titulizada en forma de letras de tesorería. En lo financiero sin duda, Washington ha dado al sistema bancario un certificado de buena conducta, no sin restricciones. Pero –recuerda el columnista- “los balances del sector han venido explotando por decenios y la solvencia sectorial se ha deteriorado”. <br />
<br />
Muy bien ¿y el futuro del capitalismo? “Sobrevivirá”, cree Wolf apoyándose en un argumento ad usum principis: “el compromiso de China e India con una economía de mercado limitada no se alterará, aunque ambas desconfíen de la excesiva libertad financiera imperante en occidente”. Esto lo lleva a una conclusión afín a Krugman: “los modelos hegemónicos se agotan y sobreviene un universo de varios capitalismos. Dificultoso, pero mas flexible”. O sea, adiós a un fundamentalismo globalizador que nunca cuajó.<br />
<br />
En último lugar ¿qué significa la crisis sistémica para el orden político internacional? “La fe en el oeste y sus mecanismos financieros ya no existe. Los recientes desastres han dañado la imagen de EE.UU., en particular, mientras un grupo de países emergentes llegaba a escena. Todo ello queda evidente en la reorganización del Fondo Monetario Internacional, un ente que se debatía en el desprestigio”.</p>
<p><br />
</p>
Crisis: ¿vuelta copernicana o sólo un severo tropiezo?
En otras palabras, ¿el mundo vive un choque entre el oeste del libre mercado y el este regulador, restrictivo? El ortodoxo columnista británico Martin Wolf cree que ninguno de ambos extremos se impondrá totalmente.