Cada vez que hay una crisis global de deuda, la búsqueda de los principales responsables se orienta a los países más endeudados. Con ese dato, si existiera –como muchos analistas pronostican- una alteración en los mercados financieros y monetarios, todo apuntaría a señalar a países como Argentina, otros de la región, o de Europa oriental y del sudeste asiático.
Sería un acto reflejo, pero equivocado. Lo que los expertos llaman “irresponsable” endeudamiento –por su enorme volumen- se le asigna hoy a tres grandes países, dos de ellos claramente superpotencias, y el tercero con posibilidades de serlo en un futuro cercano. Se trata de Estados Unidos, China y la India.
Las tres economías están en proceso de crecimiento, y tomar deuda parece significar la vocación de crecer más y más rápido. Pero en todo caso parece poco prudente tomar tanta deuda cuando las cosas están yendo bien. Si viene una crisis, y se detiene el ritmo de crecimiento, puede haber una catástrofe en el mercado global. N
o es solamente una posición contradictoria. Es altamente riesgoso para quien pretenda ejercer liderazgo mundial. Se suponía que en pleno crecimiento, una economía reducía sus gastos y no se endeudaba. Lo contrario es lo que están experimentando estos países.
El temor es que el próximo escenario sea una progresiva declinación económica camino a la recesión. ¿Puede una economía como India desestabilizar el panorama mundial? En los próximos 20 años tendrá la mayor población mundial –por encima de China- y la mayor fuerza laboral. Si se interrumpe el crecimiento puede haber un efecto contagio que alcance a muchos otros países.