<p>El trueque por nuevos títulos quedará abierto desde entonces hasta el 26 de mayo. Contempla un desagio de 66,3% para tenedores institucionales y un bono ligado a la evolución del producto bruto interno, que vence en 2017. Este título cubrirá intereses caídos en los casi seis años desde el canje original, 2005.<br />
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Los bonistas chicos, o sea con acreencias inferiores a US$ 50.000, percibirán los intereses acumulados desde ese mismo año, parte en efectivo, parte en un bono a la par de menor valor pero sin depreciación. No obstante, el precio de mercado de los nuevos papeles se estima en alrededor de 50% del valor nominal.<br />
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De todas maneras, es una apreciable mejora sobre niveles previos, próximos a 30%. El gobierno ha desistido de exigir a los eventuales adherentes institucionales inversiones por US$ 1.000 millones. <br />
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Boudou señaló que habrá decisiones al respecto una vez en claro la respuesta a la oferta argentina. A su criterio, es probable que la aceptación orille 60% de los bonos pendientes. Entretanto, las negociaciones con el club de París sobre US$ 6.700 millones se realizarán por cuerda separada.<br />
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Según analistas británicos, este canje puede franquear para Buenos Aires las puertas a los mercados voluntarios de crédito. Precisamente cuando hace falta dinero fresco. Pero los inversores seguirán cautos, pues Argentina no da indicios sobre una necesaria reforma financiera y la ulterior emisión de deuda titulizada elevará el peso del pasivo externo.</p>
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Creen que el canje de bonos reabriría el acceso al crédito
Amado Boudou, ministro de economía, anunció los términos de la nueva propuesta prevista para abrirse el 26 de abril- de repago con quita, por US$ 20.000 millones. Se trata de bonos congelados desde 2001 a raíz de un cese selectivo unilateral.