domingo, 27 de abril de 2025

Contrabando y empleo: vasos comunicantes

spot_img

Las empresas despidieron, en cinco meses, 1% de sus empleados. Ineficacia en las aduanas.

En la última reunión del Grupo Productivo –industria, producción agroprecuaria y construcción– los empresarios barajaron cifras sobre el momento que no trascienden oficialmente a fin de no alimentar el fuego de las críticas negativas. Desde diciembre, estiman que las empresas se desprendieron de 1% de sus trabajadores.

Una cifra que no impacta por sí misma, pero que contribuye a estrechar el círculo vicioso formado por la recesión, el aumento del desempleo, la disminución de la oferta del consumo, el aumento de los impuestos, la dificultades de las empresas y el recurso desesperado de volver a reducir las erogaciones por sueldos para evitar el cierre.

Como principal causa de la pérdida de empleo, el presidente de la Confederación General Económica, César Tortorella, señaló la ineficacia de los controles aduaneros, por donde ingresan gran cantidad de productos con precios por debajo de sus costos originales y movilizados por el contrabando.

Aparentemente no se planteó el otro factor –señalado por varios asesores económicos– que no es esgrimido en su gravedad para evitar polémicas políticas o ideológicas. Los agujeros fronterizos permiten que la Argentina funcione en un sistema perverso de vasos comunicantes: en la medida en que la migración de países vecinos no sea regulada, los nuevos empleos que se puedan crear, movilizarán un volumen similar de masas humanas procedentes de ellos hacia nuestro mercado de trabajo.

Razones humanitarias, consideraciones de solidaridad con los más necesitados, la prédicas de las organizaciones religiosas y laicas contra la discriminación tornan difícil tomar medidas de esa índole. Por otra parte, ¿qué hacer, cuando millares de argentinos parecen dispuestos a salir a la calle con sus familias y poner en peligro la paz social, acuciados por la falta de empleo y la miseria?.

En la última reunión del Grupo Productivo –industria, producción agroprecuaria y construcción– los empresarios barajaron cifras sobre el momento que no trascienden oficialmente a fin de no alimentar el fuego de las críticas negativas. Desde diciembre, estiman que las empresas se desprendieron de 1% de sus trabajadores.

Una cifra que no impacta por sí misma, pero que contribuye a estrechar el círculo vicioso formado por la recesión, el aumento del desempleo, la disminución de la oferta del consumo, el aumento de los impuestos, la dificultades de las empresas y el recurso desesperado de volver a reducir las erogaciones por sueldos para evitar el cierre.

Como principal causa de la pérdida de empleo, el presidente de la Confederación General Económica, César Tortorella, señaló la ineficacia de los controles aduaneros, por donde ingresan gran cantidad de productos con precios por debajo de sus costos originales y movilizados por el contrabando.

Aparentemente no se planteó el otro factor –señalado por varios asesores económicos– que no es esgrimido en su gravedad para evitar polémicas políticas o ideológicas. Los agujeros fronterizos permiten que la Argentina funcione en un sistema perverso de vasos comunicantes: en la medida en que la migración de países vecinos no sea regulada, los nuevos empleos que se puedan crear, movilizarán un volumen similar de masas humanas procedentes de ellos hacia nuestro mercado de trabajo.

Razones humanitarias, consideraciones de solidaridad con los más necesitados, la prédicas de las organizaciones religiosas y laicas contra la discriminación tornan difícil tomar medidas de esa índole. Por otra parte, ¿qué hacer, cuando millares de argentinos parecen dispuestos a salir a la calle con sus familias y poner en peligro la paz social, acuciados por la falta de empleo y la miseria?.

Artículo anterior
Artículo siguiente

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

CONTENIDO RELACIONADO