Cómo sería el nuevo presupuesto

La menor perspectiva de crecimiento y el aumento del déficit obligan al Gobierno a introducir cambios en el proyecto. Además el Ejecutivo y la bancada oficialista deben negociar con el PJ.

22 noviembre, 2000

El Gobierno, después de haber logrado la firma del compromiso fiscal con las provincias, ha dedicado sus energías a rehacer el Presupuesto del 2001.

Ayer (martes 21) en el ministerio de Economía, funcionarios y legisladores aliancistas decidieron que mañana estaría listo el nuevo proyecto oficial.

En el mes de septiembre, el Gobierno envió al Congreso el Presupuesto del año próximo y, con algunos cambios, por mayoría hace tan solo dos semanas la Comisión de Presupuesto de Diputados le dio dictamen favorable.

Sin embargo, en horas el proyecto oficial quedó “envejecido” por los cambios en la economía nacional, y el Pacto Fiscal con los gobernadores.

Todos los cambios deben ser reintroducidos en el nuevo Presupuesto. Qué es, en líneas generales, lo que se modificará:
· El Gobierno ya admitió que en el 2001 no se crecerá 4,5% como se había proyectado sino 3%. Como la recaudación de los impuestos depende de la evolución de la economía, ahora el Estado debería recaudar unos $ 800 millones menos.
· Se había adelantado la rebaja del impuesto al endeudamiento empresario (intereses) por lo que también se dejaría de recaudar otros $ 300 millones.
· Por el acuerdo con los gobernadores, el Gobierno se comprometió a aumentar en el 2001 en $ 225 millones los programas sociales y de empleo.
· Por el mismo acuerdo, antes de agosto del 2001 el Tesoro Nacional debe devolverle a las provincias la mitad de los fondos retenidos del Fonavi, que no estaban contemplados en el proyecto anterior: son unos $ 100 millones más.
· La Comisión de Presupuesto modificó en casi $ 100 millones los recortes a las naftas, al gas patagónico y al Fondo del Tabaco que había previsto Hacienda.

Todo eso significa que el gasto primario (sin los intereses) debería aumentar en $ 425 millones. Pero como por el acuerdo fiscal, la Nación se comprometió a que el gasto primario no puede aumentar, esos $ 425 millones deberían ser compensados por el recorte de otros gastos.

Por otra parte, por el aumento del déficit y de la tasa de interés que está pagando la Argentina en el 2001 se produciría una nueva suba en los servicios de la deuda; así, en lugar de los $ 11.200 millones previstos en el proyecto anterior, se estima que podría rondar los $ 11.700 millones.

De este modo, entre $ 500 millones más de intereses y $ 1.100 millones menos de ingresos para el Estado, el déficit fiscal treparía de $ 4.800 millones a $ 6.400 millones.

La aspiración de la Alianza es conseguir que el martes la Cámara baja otorgue la media sanción a la ley en cuestión.

Según fuentes cercanas a la Casa Rosada, la estrategia es que, recién después de superar ese escollo, el Presidente decida si envía la reforma previsional al Congreso o directamente la saca por decreto.

Al ser consultado sobre este tema, el Presidente reiteró que el Gobierno aún no fijó una postura definitiva sobre los cambios que aplicará en las futuras jubilaciones ni la forma de implemementarlos, aunque se da por descontado que la eliminación del sistema estatal será uno de los aspectos del proyecto original que quedarán inalterables.

Al aplazar una decisión sobre la reforma previsional, el oficialismo tuvo en cuenta la irritación que la medida genera en buena parte de las propias filas y de la oposición.

Por ese motivo, optó por apurar la sanción del Presupuesto, ya que las negociaciones sobre esa norma están mucho más avanzadas; así, quiere evitar que se vean enturbiadas por una discusión en simultáneo con el proyecto sobre jubilaciones.

El Gobierno, después de haber logrado la firma del compromiso fiscal con las provincias, ha dedicado sus energías a rehacer el Presupuesto del 2001.

Ayer (martes 21) en el ministerio de Economía, funcionarios y legisladores aliancistas decidieron que mañana estaría listo el nuevo proyecto oficial.

En el mes de septiembre, el Gobierno envió al Congreso el Presupuesto del año próximo y, con algunos cambios, por mayoría hace tan solo dos semanas la Comisión de Presupuesto de Diputados le dio dictamen favorable.

Sin embargo, en horas el proyecto oficial quedó “envejecido” por los cambios en la economía nacional, y el Pacto Fiscal con los gobernadores.

Todos los cambios deben ser reintroducidos en el nuevo Presupuesto. Qué es, en líneas generales, lo que se modificará:
· El Gobierno ya admitió que en el 2001 no se crecerá 4,5% como se había proyectado sino 3%. Como la recaudación de los impuestos depende de la evolución de la economía, ahora el Estado debería recaudar unos $ 800 millones menos.
· Se había adelantado la rebaja del impuesto al endeudamiento empresario (intereses) por lo que también se dejaría de recaudar otros $ 300 millones.
· Por el acuerdo con los gobernadores, el Gobierno se comprometió a aumentar en el 2001 en $ 225 millones los programas sociales y de empleo.
· Por el mismo acuerdo, antes de agosto del 2001 el Tesoro Nacional debe devolverle a las provincias la mitad de los fondos retenidos del Fonavi, que no estaban contemplados en el proyecto anterior: son unos $ 100 millones más.
· La Comisión de Presupuesto modificó en casi $ 100 millones los recortes a las naftas, al gas patagónico y al Fondo del Tabaco que había previsto Hacienda.

Todo eso significa que el gasto primario (sin los intereses) debería aumentar en $ 425 millones. Pero como por el acuerdo fiscal, la Nación se comprometió a que el gasto primario no puede aumentar, esos $ 425 millones deberían ser compensados por el recorte de otros gastos.

Por otra parte, por el aumento del déficit y de la tasa de interés que está pagando la Argentina en el 2001 se produciría una nueva suba en los servicios de la deuda; así, en lugar de los $ 11.200 millones previstos en el proyecto anterior, se estima que podría rondar los $ 11.700 millones.

De este modo, entre $ 500 millones más de intereses y $ 1.100 millones menos de ingresos para el Estado, el déficit fiscal treparía de $ 4.800 millones a $ 6.400 millones.

La aspiración de la Alianza es conseguir que el martes la Cámara baja otorgue la media sanción a la ley en cuestión.

Según fuentes cercanas a la Casa Rosada, la estrategia es que, recién después de superar ese escollo, el Presidente decida si envía la reforma previsional al Congreso o directamente la saca por decreto.

Al ser consultado sobre este tema, el Presidente reiteró que el Gobierno aún no fijó una postura definitiva sobre los cambios que aplicará en las futuras jubilaciones ni la forma de implemementarlos, aunque se da por descontado que la eliminación del sistema estatal será uno de los aspectos del proyecto original que quedarán inalterables.

Al aplazar una decisión sobre la reforma previsional, el oficialismo tuvo en cuenta la irritación que la medida genera en buena parte de las propias filas y de la oposición.

Por ese motivo, optó por apurar la sanción del Presupuesto, ya que las negociaciones sobre esa norma están mucho más avanzadas; así, quiere evitar que se vean enturbiadas por una discusión en simultáneo con el proyecto sobre jubilaciones.

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