En el Día Mundial de la Alimentación, CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), difundió una investigación que analiza los modelos de gestión de los comedores escolares en las provincias argentinas, cuyo servicio, según se asegura, está focalizado en los sectores más vulnerables.
El trabajo señala que la cantidad de alumnos cubiertos por la oferta de comedores escolares aumentó en la última década, período en el que también se redujeron los niveles de pobreza.
El crecimiento del servicio de comedores afecta particularmente a la prestación del desayuno: mientras que en 2001 el 28% de los alumnos que asistían a establecimientos de gestión estatal recibían el desayuno, la cifra trepó al 48% en 2009.
Por el contrario, la oferta del almuerzo y de la merienda se mantuvo estable.
Además, la investigación demuestra que el servicio se concentra en el nivel primario y que está fuertemente correlacionado con el nivel socioeconómico de los alumnos.
“El servicio de desayuno está correctamente focalizado en los sectores más vulnerables”, indicó Fabián Repetto, director del Programa de Protección Social.
Los comedores escolares tienen una función alimentaria y educativa muy importante.
La buena alimentación incide sobre el desarrollo neuronal de las personas y es una condición fundamental para el aprendizaje.
A su vez, cumplen con un rol educativo al promover una vida sana, enriquecer la alimentación del hogar y generar hábitos alimentarios, higiénicos y sociales.
La situación nutricional actual de la Argentina, marcada por el predominio del problema de la obesidad y el sobrepeso, enfatiza la relevancia de la función de los comedores escolares como un potencial espacio para la alimentación saludable.
Con la extensión de la jornada escolar en el nivel primario, que avanzará decididamente en los próximos años, la oferta de comedores deberá ampliarse aún más para que los alumnos puedan permanecer más horas en la escuela.
“Según las metas del Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012-2016, entre 2011 y 2016 deberá duplicarse la cantidad de escuelas de nivel primario con ampliación de la jornada (que ascendía a 2.548 para el sector de gestión estatal en 2011). Esto obliga a analizar cómo se gestionan los comedores escolares y cómo ello impacta en la calidad del servicio que reciben los chicos”, indicó Cecilia Veleda, directora del Programa de Educación.
La cobertura en las provincias
La investigación arroja un panorama heterogéneo en las provincias. Jurisdicciones como Santa Cruz, Tierra del Fuego, La Pampa, Corrientes, San Luis y La Rioja cubren entre un 60% y un 77% de los alumnos de educación común con la prestación de desayuno gratuito. En cambio, Chaco y Neuquén alcanzan a menos del 25% de los alumnos.
En relación con el almuerzo, Córdoba, Santiago del Estero y Formosa cubren con el servicio a más del 40% de los alumnos de educación común, mientras que Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, La Pampa, San Luis y San Juan cubren a menos del 8%.
La misma heterogeneidad puede observarse en el servicio de merienda: Neuquén cubre a más del 70% de la población mientras que la mayoría de las provincias (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Formosa, Jujuy, San Juan, San Luis, Catamarca y Córdoba) cubren a menos del 15%.
“Una misma provincia puede tener elevados niveles de cobertura para una modalidad y muy bajos para otra”, explicó Veleda.
Cómo se gestionan
La investigación de CIPPEC estudia las diversas modalidades de gestión según los criterios de selección de los beneficiarios, la definición de los menús, la compra y distribución de los insumos, la preparación de las comidas y la realización de controles bromatológicos, entre otras dimensiones.
Así, es posible identificar cuatro modelos de gestión. Un primer modelo es el de provisión estatal centralizada, donde los ministerios provinciales están a cargo de la compra y distribución de los alimentos.
En algunos casos, también tienen responsabilidad sobre la definición de los menús, el financiamiento de personal específico, las intervenciones de educación nutricional y el control bromatológico. Ejemplos de este modelo pueden hallarse en Mendoza, Salta y Tierra del Fuego, y el interior de Córdoba y Tucumán.
En otras jurisdicciones impera el modelo de provisión estatal a cargo de las escuelas, donde los directores de escuela reciben los recursos para adquirir los alimentos. Así ocurre en provincias como San Juan, Neuquén, Catamarca, Jujuy y San Luis.
En una menor cantidad de casos rige el modelo de provisión estatal delegada en los municipios, quienes compran y distribuyen los alimentos y realizan los controles bromatológicos y de insumos. Tal es el caso de Río Negro y La Rioja.
Por último, ciertas jurisdicciones han optado por el modelo de tercerización, donde la compra y distribución de los alimentos se realiza a través de empresas privadas, como ocurre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Corrientes y las ciudades capitales de Córdoba y Tucumán.
Esta investigación se realizó en el marco del proyecto “Modelos de gestión de los comedores escolares: diagnóstico y propuestas para mejorar la nutrición y la educación alimentaria de los más vulneables”, apoyado por Knorr y la Fundación Danone.