viernes, 22 de noviembre de 2024

“Colombia, el más prometedor de Latamâ€

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El responsable del departamento de mercados emergentes del banco de inversión Morgan Stanley, Ruchir Sharma, marca la “nueva costa de oro de América Latina” (México, Perú y Colombia) como la más pujante de la región.
 

En una entrevista por teléfono desde Nueva York que publicó la edición española de El País, Ruchir Sharma, responsable del departamento de mercados emergentes del banco de inversión Morgan Stanley, que lleva años analizando la evolución de los países emergentes, examina los retos que afronta América Latina.

 

En 2012 publicó el libro Breakout Nations (Naciones de Éxito) y el pasado abril lo actualizó con un nuevo epílogo.

 

El reportaje completo que se publicó en El País es el siguiente:

¿Qué opina de la volatilidad económica que han vivido en las últimas semanas algunos países emergentes?

 -La última década fue realmente una década excepcional para los países emergentes. Fue fruto de una combinación inusual de que los precios de las materias primas estaban subiendo por la demanda de China, había mucha liquidez y el coste del capital riesgo era muy bajo. Los países emergentes tuvieron una década muy pobre en los años 80 y 90, por tanto había espacio para la recuperación. Y luego llegó el boom de la última década, pero muchos malentendieron este boom y pensaron que iba a permanecer un largo periodo de tiempo. En países como Brasil todo el foco se alejó de las reformas y se centró más en cómo gastar el dinero. Las prioridades cambiaron y lo que vemos ahora es que el boom de las materias primas está llegando a una suerte de fin.

 

¿Y cómo afecta esta volatilidad a América Latina, por ejemplo la inestabilidad del peso argentino?

-No creo que estemos en la puerta de otra crisis en los países emergentes, lo que vemos es que hay más diferenciación. En América Latina la última década fue realmente de Brasil, pero ahora Brasil no lo está haciendo bien y hay mucho optimismo sobre México en Wall Street. Venezuela es un país olvidado. Es muy difícil hablar de que Argentina sea un gran problema porque es demasiado pequeño para importar en el mundo emergente.

 

¿Ve un enfoque muy diferente en las recetas económicas de México y Brasil?

El enfoque en términos de la ortodoxia económica es bastante diferente. Perú, Colombia y México tienen bancos centrales muy independientes, un buen sistema de pensiones, igual que Chile. Creen más en el libre comercio, acaban de firmar un acuerdo en este sentido en la Alianza del Pacífico. Hay más tecnócratas y menos interferencia política en asuntos centrales de las decisiones de política económica. La disciplina fiscal también ha sido mejor. En el caso de Brasil, ha habido un deterioro en la inflación y en el déficit presupuestario; y hay mucha más interferencia del Gobierno en el sector privado. Desde un punto de vista simplista, en el lado izquierdo del continente estamos viendo las buenas decisiones de política económica, mientras en el derecho las malas.

 

¿Qué país latinoamericano cree que tiene mejores perspectivas de futuro?

-Para mí Colombia es el que tiene un futuro más brillante. Es el más prometedor de América Latina porque en México el proceso también parece brillante pero las expectativas son muy elevadas y México tendrá que cumplirlas. Mientras en Colombia las expectativas no son tan elevadas. Las perspectivas parecen mejores en el lado izquierdo, lo que llamo la nueva costa del oro de América Latina, que son esencialmente México, Perú y Colombia.

 

¿Qué cree que debería haber hecho Brasil para evitar que su economía se ralentizara?

-El problema es que el gasto público en porcentaje del PIB es demasiado elevado. Mucho de ese gasto no es en infraestructuras sino en tener una burocracia demasiado grande o un estado del bienestar expansivo. Cada país tiene que tener gasto gubernamental, pero en el caso de Brasil el porcentaje es el más elevado de todos los emergentes en el mundo. Y todo ello pese a tener unos impuestos elevados, lo que dificulta hacer negocios.

 

¿Cree que algunos de estos países ganarán peso como actores políticos internacionales?

-Tendrán que centrarse mucho más en sus esfuerzos económicos internos. Chile, Perú, México y Colombia parecen más cercanos a sí mismos, por ejemplo con la firma de los acuerdos de libre comercio; mientras Brasil, Argentina y Venezuela están cada vez están más aislados en la región.

 

Con el desarrollo económico han ido ampliándose las clases medias en estos países. ¿Teme que esto puede generar protestas como las que vimos en Brasil en 2013?

-Puede pasar, pero no creo que sea un asunto de clases medias sino fruto de una insatisfacción con los líderes políticos que llevan en el poder un largo período de tiempo. En países como Chile o México ha habido cambios de gobierno. Los países más vulnerables creo que son los que tienen un partido político que lleva gobernando durante un largo periodo y no hay perspectiva de cambio.

 

-Usted ha alertado de la enorme dificultad de los países en desarrollo para converger con los avanzados

-En el caso de América Latina se han necesitado típicamente altos precios de las materias primas para crecer rápidamente. Pero las materias suelen subir durante una década y las dos siguientes tienden a caer. América Latina tiene que impulsar más una base manufacturera y reducir su dependencia de las materias primas, pero por ahora no hemos visto demasiado de eso.

 

¿Cree que la retirada de los estímulos de la Reserva Federal de Estados Unidos afectará negativamente a los países latinoamericanos?

-Me sorprendería si fuera un gran problema para los emergentes. El gran riesgo es que el crecimiento de China se ralentice mucho y compre menos materias primas y los precios caigan. Ese es un riesgo mucho más grande para América Latina.

 

¿Y el menor crecimiento de China afectaría igual a toda la región?

-Brasil es un candidato de riesgo, pero en verdad lo son todos porque la mayoría de las exportaciones de casi todos los países, excepto México, son de materias primas. Colombia está en una situación un poco mejor porque depende más del petróleo y el consumo chino de petróleo no es tan elevado.

 

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