El resultado de la purga entre príncipes de la Casa Real y jerarcas empresariales del reino, asegurará –desde ahora hasta fin de año- un monto del orden de los US$ 13 mil millones recuperado de estos ricos personajes que durante meses estuvieron recluidos en un hotel cinco estrellas de Riyadh (una suma importante para las arcas del reino).
Esos fondos serían restitución de dineros provenientes de la corrupción o de operaciones poco claras. Para muchos observadores es “el rescate” pagado por los detenidos por orden del joven príncipe heredero, que estuvieron “secuestrados” en el Ritz Carlton –que acaba de reabrir sus puertas como hotel-.
Los imputados arreglaron recuperar su libertad a cambio de indemnizaciones al Estado. Algunos ya efectuaron los pagos. Otros lo harán desde ahora hasta fin de año. En algunos casos es efectivo, en otros bienes inmuebles o acciones en diferentes empresas. Incluso el detenido de perfil más alto, el príncipe Alwaleed bin Talal, ha recuperado ya su libertad (se comprometió a pagar US$ 1.000 millones).
A principios de noviembre pasado, el mismo oasis de lujo que normalmente hospeda a los más grandes líderes del mundo, se convirtió en la prisión más exquisita.
El Ritz-Carlton Hotel fue requisado para ser convertido en alojamiento de los príncipes, ministros de gobierno y jefes militares que acababan de ser arrestados por una nueva comisión anti-corrupción encabezada por el príncipe heredero de la corona de 32 años.
La rápida consolidación de poder que está llevando el heredero causa sorpresa en su país y en el mundo. En el grupo de detenidos se encontraba el multimillonario príncipe Alwaleed bin Talal, propietario de una fortuna que ronda los US$ 10.000 millones.