Hillary Clinton obligó a Donald Trump a ponerse a la defensiva sobre su temperamento, su negativa a publicar su declaración de mpuestos y por sus comentarios racistas y machistas en un debate implacable el lunes por la noche, probablemente un momento decisivo en una disputada campaña por la presidencia.
Clinton, que venía viendo menguar su dominio en la carrera desde la convención demócrata, mostró dominio de la política y sentido del humor sonriendo durante los más fuertes ataques de Trump. La mejor estocada la lanzó en respuesta a la crítica de Trump por haberse alejado de la campaña en las últimas semanas. “Creo que Donald acaba de criticarme por habeerme preparado para este debate”, dijo. “Y sí, me preparé. ¿Y saben para qué más me preparé? Para ser presidente. Y eso es bueno”.
Trump salió con lanzas de punta al principio del debate e hizo observaciones acertadas sobre economía y empleo, dos temas que le ganaron la simpatía de muchos norteamericanos. Pero el debate puso en evidencia su tendencia a hacer acusaciones falsas y afirmaciones inexactas sobre todo tipo de temas, desde legales hasta de política exterior.
La encuesta realizada por CNN/ORC entre observadores inmediatamente después del debate encontró que 62% de la gente opinó que Clinton ganó y 27% que dijo que el ganador era Trump.
Uno de los momentos más fuertes del debate ocurrió cuando la conversación giró hacia la reciente polémica sobre el lugar de nacimiento de Barack Obama. Trump había dicho que Obama no era norteamericano y terminó reconociendo que sí, algo que se supo siempre. Clinton lo acusó de perpetrar una mentira racista. “Tiene una larga historia de conductas racistas”. Trump negaba con la cabeza. Luego el republicano contraatacó recordando las duras críticas que Clinton había hecho de Obama durante la campaña presidencial de 2008. “Lo trataste con un profundo irrespeto y ahora todo te parece bonito….así no funciona”.
Hacia el final del debate, Clinton lo golpeó sobre su tratamiento de las mujeres. “Este es un hombre que ha llamado a las mujeres cerdas, porquería, y perras”. Lo acusó de llamar Miss Piggy y ama de casa a una latina participante en un concurso de belleza. Un poco descolocado, preguntó dos veces. “¿Dónde encontraste eso?”
Una y otra vez Clinton buscó corregir las declaraciones de Trump, al punto de sugerir a los televidentes que chequeen los datos en su página web y buscó presentarlo como desconocedor de las complejidades de la economía norteamericana. “Sé que vives tu propia realidad”, dijo a Trump.
Cuando Clinton dijo que Trump no había pagado el impuesto a las ganancias en años, él contestó: “eso me hace inteligente, lo habrían despilfarrado”.
