China cubre en Ãfrica los vacíos dejados por occidente

Chad y Burkina Faso son países mediterráneos muy aislados, entre los más pobres e inestables. Guerras civiles e invasiones extranjeras son moneda corriente desde que Francia los abandonó en 1960. Pero nada de eso parece detener a los chinos.

24 agosto, 2010

<p>Este tipo de inversiones y esfuerzos intensivos  ha llevado el intercambio China-África subsahariana de menos de US$ 10 millones anuales hace veinte años a 65.000 millones en 2009 y probablemente 70.000 millones este año. Para llegar a eso, Beijing no tuvo en cuenta a entidades como el Banco internacional de reconstrucción y fomento (BIRF, Banco mundial) o el Fondo Monetario, ignorando sus normas crediticias. Verbigracia, pautas mínimas de transparencia, licitaciones abiertas, respeto al ambiente y políticas fiscales.<br />
<br />
En varios sentidos, esto remite a políticas coloniales europeas hoy consideradas desastrosas. Por entonces, países o territorios tomadores de préstamos debían contratar sólo empresas de  países prestamistas y dar prioridad a los negocios por sobre el desarrollo o el bienestar social. Hoy China va más lejos al firmar contratos de largo plazo que permiten a países de baja calificación crediticia repagar deudas en hidrocarburos o minerales.<br />
<br />
Naturalmente, las dudas cunden en occidente. ¿Pueden las necesidades chinas de materias primas promover un despegue africano? ¿o la indiferencia de Beijing hacia la disciplina financiera local, las buenas prácticas de negocios o los derechos civiles reproducirá auges pasados, enriquecerá <em>élites </em>corruptas y se irá dejando el continente peor que antes? Eso ocurrió con el ex Congo belga entre 1885 y 1958. <br />
<br />
Chad es un buen banco de pruebas. Uno de los cuatro países peor ubicados en la lista de desarrollo humano compilada por Naciones Unidas, es pieza clave para los intereses chinos en la región, cuyo pivote es el vecino Sudán. Entre ambos, hay una bomba de tiempo llamada Darfur.<br />
<br />
Por cierto, el sueño chino es hacer hallazgos petroleros y, usando un poliducto ya financiado por el Banco mundial (US$ 4.200 millones), llevar el producto a la cosa atlántica vía Camarones. Pero Beijing necesita un segundo ducto, al este, que cruce Sudán y alcance el mar Rojo. Esto exige restablecer la paz entre el régimen de Jartum y Darfur. Dura tarea: en pocos años, han muerto no menos de 200.000 personas en tanto unos y 2.500.000 se exilaban a Libia y… Chad.</p>

<p>Durante 2007/09, compraron derechos de exploraci&oacute;n petrolera en esas regiones sin caminos, electricidad ni tel&eacute;fonos. As&iacute; opera Beijing en el &Aacute;frica subsahariana y nororiental. Eso abarca pa&iacute;ses exportadores de hidrocarburos como Angola o Nigeria, donde construye o repara rutas y ferrocarriles, en tanto obtiene enormes contratos de cateo en Congo (Kinshasa, Brazzaville) y Guinea.&nbsp; <br />
<br />
En otros pa&iacute;ses mineros, dejados por inversores convencionales por violencia o corrupci&oacute;n sist&eacute;mica, compa&ntilde;&iacute;as chinas reviven explotaciones de cobalto, cobre, bauxita, etc. El gigante inclusive promueve actividades agropecuarias en Costa de Marfil (otrora joya del imperio colonial franc&eacute;s), cuya nueva capital &ndash;Yamusukro- se levanta con empr&eacute;stitos, fondos e ingenieros chinos.<br />
<br />
Durante los a&ntilde;os 60, la ola de inter&eacute;s occidental se esfum&oacute; junto con el fracaso de las nuevas democracias africanas. Como en America latina, all&aacute; pesaban siglos de dominio colonial. Pero &Aacute;frica no ha tenido, como el subcontinente al sur del r&iacute;o Bravo, un siglo y medio para ensayan reg&iacute;menes pol&iacute;ticos y sociales. Aun as&iacute;, todav&iacute;a hoy no hay en Latinoam&eacute;rica democracias comparables a las de Am&eacute;rica anglosajona o Europa occidental.&nbsp;&nbsp; <br />
<br />
Al sur del Atlas, hab&iacute;a escasos estados org&aacute;nicos hasta la ocupaci&oacute;n europea sistem&aacute;tica (desde 1883) y &eacute;sta termin&oacute; hace poco menos de cincuenta a&ntilde;os. Por eso, resulta absurdo que occidente reproche a esos pa&iacute;ses corrupci&oacute;n cr&oacute;nica y anarqu&iacute;a. Pero no lo es que los africanos lamenten compromisos incumplidos, escasa asistencia y un sistema econ&oacute;mico internacional injusto.<br />
<br />
Era un marco a medida de los chinos, que acuden a pa&iacute;ses como Chad, Sud&aacute;n o Zambia con la bolsa llena (han asignado unos US$ 200.000 millones para inversi&oacute;n externa en 2008/10), pocas exigencias sobre conducta de los gobiernos y la idea de que todos tienen posibilidades de prosperar, si hay buen financiamiento. Particularmente en infraestructura. De ah&iacute; el programa puesto en marcha en Chad: la primera refiner&iacute;a petrolera, caminos, canales de irrigaci&oacute;n y una red telef&oacute;nica inal&aacute;mbrica.</p>

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades