Después de Japón, China es el máximo tenedor de letras y bonos de la Tesorería norteamericana. Pero marcha al frente en volumen de reservas internacionales de libre disponibilidad. Por ende, el nada casual comentario de Cheng Siwei –vicepresidente en el parlamento nacional- presionaban a la baja el dólar y los bonos federales.
Al promediar la jornada, las tasas largas rozaron 5% anual, pico en cuatro años, reflejando a caída de letras a diez y treinta años. Pero el asunto cala más hondo, pues China es la segunda financiadora del endeudamiento estadounidense, tanto público como privado.
Las sugerencias de Cheng parecen una réplica a las crecientes presiones de EE.UU. y la Unión Europea para que Beijing deje subir el yüan contra el dólar (en medio del cimbronazo, el euro avanzaba de US$ 1,204 a 1,217). Tanto Washington como Bruselas reclaman por el creciente superávit comercial chino a costa de ellos.
La opiniones del alto dirigente político aparecieron en el Wei Weipo, diario que el gobierno central edita en Hongkong. Nadie las desmintió ni las comentó, pese a su ambigüedad, lo cual presupone que deben tomarse como un gesto oficial. “El país puede dejar de comprar valores en dólares, importar bienes de ese origen e ir reduciendo tenencias de esos papeles. Pero eso ha de hacerse en orden”.
El efecto de una decisión china será complejo. Pese al actual aumento de tasas cortas y largas, las segundas continúan bajas en términos históricos. Cualquier venta importante de Beijing impulsará los tipos a cinco, diez y treinta años, lo cual encarecerá el crédito a empresas y personas en EE.UU.
En una típica operación a dos puntas, una fuente del banco central restó entidad a las expresiones de Cheng, calificándolas de “opiniones personales de un académico”. En verdad, Cheng es uno entre diez vicepresidentes parlamentarios, pero representa un partido que integra la coalición oficialista y se lo sabe allegado a Hu. Aparte, tiene el rango de viceprimer ministro, por encima del propio gabinete, y es “un líder nacional”, subraya Zhang Zuhua, ex alto funcionario de Beijing.
Después de Japón, China es el máximo tenedor de letras y bonos de la Tesorería norteamericana. Pero marcha al frente en volumen de reservas internacionales de libre disponibilidad. Por ende, el nada casual comentario de Cheng Siwei –vicepresidente en el parlamento nacional- presionaban a la baja el dólar y los bonos federales.
Al promediar la jornada, las tasas largas rozaron 5% anual, pico en cuatro años, reflejando a caída de letras a diez y treinta años. Pero el asunto cala más hondo, pues China es la segunda financiadora del endeudamiento estadounidense, tanto público como privado.
Las sugerencias de Cheng parecen una réplica a las crecientes presiones de EE.UU. y la Unión Europea para que Beijing deje subir el yüan contra el dólar (en medio del cimbronazo, el euro avanzaba de US$ 1,204 a 1,217). Tanto Washington como Bruselas reclaman por el creciente superávit comercial chino a costa de ellos.
La opiniones del alto dirigente político aparecieron en el Wei Weipo, diario que el gobierno central edita en Hongkong. Nadie las desmintió ni las comentó, pese a su ambigüedad, lo cual presupone que deben tomarse como un gesto oficial. “El país puede dejar de comprar valores en dólares, importar bienes de ese origen e ir reduciendo tenencias de esos papeles. Pero eso ha de hacerse en orden”.
El efecto de una decisión china será complejo. Pese al actual aumento de tasas cortas y largas, las segundas continúan bajas en términos históricos. Cualquier venta importante de Beijing impulsará los tipos a cinco, diez y treinta años, lo cual encarecerá el crédito a empresas y personas en EE.UU.
En una típica operación a dos puntas, una fuente del banco central restó entidad a las expresiones de Cheng, calificándolas de “opiniones personales de un académico”. En verdad, Cheng es uno entre diez vicepresidentes parlamentarios, pero representa un partido que integra la coalición oficialista y se lo sabe allegado a Hu. Aparte, tiene el rango de viceprimer ministro, por encima del propio gabinete, y es “un líder nacional”, subraya Zhang Zuhua, ex alto funcionario de Beijing.