China, Brasil, el FMI, tras más de un rescate

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Por un lado, el Fondo Monetario Internacional busca € 100.000 millones para España e Italia. Por otro, Dilma Rousseff pone condiciones (más poder de voto). Mientras, EE.UU. apoya con cautela y Hu Jintao se integra al grupo de los 20 en Cannes.

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<p>En realidad, el presidente chino llega al simposio para escuchar varios pedidos europeos de auxilio financiero que permitan capear la crisis de endeudamiento soberano. Dejando Grecia a un lado (su referendo puede sacarla de la Eurozona), las econom&iacute;as m&aacute;s expuestas son Portugal, Irlanda, Italia y Espa&ntilde;a e Italia. Las dos &uacute;ltimas, son cuarta y quinta por volumen en la Uni&oacute;n Europea.<br />
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Entretanto, el presidente Barack Obama teme que un desastre heleno golpee a la zona y afecte la lenta, trabajosa recuperaci&oacute;n norteamericana. Para Estados Unidos, el problema es pol&iacute;tico: 2012 es a&ntilde;o electoral y la persistencia o la agravaci&oacute;n de la eurocrisis perjudicar&aacute; sus ya menguadas posibilidades de segundo mandato.<br />
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Desde el punto de vista global, Obama y Hu marcan un contraste que la aparici&oacute;n de Rousseff acent&uacute;a. EE.UU. y la UE encarnan una decadencia cuyas contracaras son China y Brasil. En cierto sentido, los gestos encontrados del FMI y el Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera (FEEF, que pas&oacute; de &euro; 440.000 millones a m&aacute;s del bill&oacute;n, pero desde 2012) ilustran la mar de contradicciones que puede inundar la reuni&oacute;n de Cannes.<br />
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Algunos analistas sist&eacute;micos (Nouriel Roubini, Kenneth Rogoff, Mohamed el-Erian) creen que la propia vulnerabilidad de Washington tiene un costado positivo. Esta econom&iacute;a pierde un liderazgo de decenios (desde 1944, exactamente) y ya no puede funcionar como prestamista mundial de &uacute;ltima instancia. En otros aspectos, EE.UU. contin&uacute;a como primera potencia, pero no ya en lo econ&oacute;mico ni financiero. Este papel ha pasado parcialmente a China (su m&aacute;ximo acreedor), Brasil y otros emergentes.<br />
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Un notorio contraste lo ilustra claramente. En Libia, los Ghadafi cayeron en buena medida por los bombardeos de la OTAN, cuyo puntal es EE.UU. En la paralela eurocrisis, son Asia oriental, Brasil y Saudiarabia (o sus emiratos sat&eacute;lites) quienes tal vez sobrelleven la carga financiera. Eso se&ntilde;ala George Friedman (Strategic Forecasting), un analista pr&oacute;ximo al Pent&aacute;gono, cuando se pregunta &ldquo;&iquest;por qu&eacute; Washington querr&iacute;a manejar un tren descarrilado?&rdquo; Alude, claro, a la tambaleante Eurozona.</p>
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