domingo, 22 de diciembre de 2024

CEPAL recorta las proyecciones de crecimiento de la región

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La actividad del primer semestre muestra una desaceleración del crecimiento en América Latina, particularmente, en Sudamérica, que impulsó un recorte de las proyecciones de crecimiento. CEPAL recortó las proyecciones, según Ecolatina.

En un informe publicado por la CEPAL, el organismo recortó el crecimiento proyectado para 2014 en la región de 2,7% a 2,2%, por debajo del desempeño del año pasado (+2,5%).

 

Dicho ajuste respondió exclusivamente al menor dinamismo de Sudamérica ya que ni México ni Centroamérica muestran señales de desaceleración, puntualiza el informe de Ecolatina titulado Sudamérica se desacelera.

Si bien existen factores externos que limitan el crecimiento de las principales economías sudamericanas también existen elementos internos que condicionan su expansión en 2014. Esto es especialmente marcado en el caso de Argentina, Brasil y Venezuela.

De aquí en adelante el panorama se tornaría más adverso para la región ya que los condicionantes externos serían más operativos en 2015.

 

Serán las políticas económicas internas que implementen los países del sur las que definirán quienes podrán sortear los obstáculos de la mejor manera.

 

Factores externos e internos

Los datos de actividad de la primera mitad del año muestran una marcada desaceleración del crecimiento en América Latina. Particularmente, se observó un freno en el ritmo de expansión de Sudamérica que impulsó un nuevo recorte de las proyecciones de crecimiento.

Recientemente, los principales organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y CEPAL) difundieron revisiones a la baja en sus proyecciones de crecimiento para 2014 en Latinoamérica.

En particular, en un informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el organismo recortó el crecimiento proyectado para 2014 de 2,7% a 2,2%, ubicándose levemente por debajo del desempeño del año pasado (+2,5%).

 

Dicho ajuste respondió exclusivamente al menor dinamismo de Sudamérica ya que ni México ni Centroamérica muestran señales de desaceleración. De hecho, la estimación de crecimiento de CEPAL para América del Sur fue recortada significativamente: rondaría el 1,8% en 2014, por debajo de la estimación anterior (+2,5%) y de la *performance* de 2013 (+3,1%).

Además, la región se aleja de la dinámica internacional: el crecimiento mundial previsto para este año es de 2,8% y se estima que la expansión de los países emergentes alcance 4,7%. Existen factores externos que condicionan y limitan el crecimiento de las principales economías sudamericanas.

El potencial desarme de la política monetaria de EE.UU., la desaceleración de China y la caída en los precios de las materias primas fueron factores que explicaron el menor dinamismo de las economías del sur durante el primer semestre del año. Sin embargo, además de los shocks exógenos existen factores internos propios de dichas economías que condicionan su crecimiento y que constituirían un freno adicional en 2014. Esto es especialmente marcado en el caso de Argentina, Brasil y Venezuela.

 

El freno de Argentina, Brasil y Venezuela complica a la región

 

Durante el primer semestre del año hubieron factores exógenos que acotaron el crecimiento de las economías sudamericanas, los cuales motivaron el recorte de proyecciones de crecimiento previsto para el corriente año. En primer lugar, las exportaciones provenientes de América del Sur vienen perdiendo fortaleza producto de menores precios internacionales de las materias primas con motivo de la mayor oferta de productos primarios originarios de EE.UU y la desaceleración de China.

En segundo lugar, el potencial desarme de la política monetaria de EE.UU. (que mantuvo las tasas de interés en niveles mínimos históricos), que fortalece al dólar, redundó en una mayor salida de capitales en las principales economías del hemisferio sur.

Pero si bien estos elementos exógenos afectaron a las economías de América del Sur, la desaceleración en su crecimiento también obedeció a factores internos, lo cual pone de manifiesto diversos matices entre países al interior de la región. Entre los principales países de América del Sur se pueden distinguir tres grupos: aquellos que lideran el crecimiento en la región (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay), los que se ubicarían en niveles intermedios (Uruguay y Chile) y los que tendrán un crecimiento más acotado o incluso una caída de su producto en 2014 (Brasil, Argentina y Venezuela). En el primer grupo, formado por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay, el crecimiento de dichos países previsto para 2014 superará el 4%.

 

El país que más crecerá es Bolivia con una expansión de su producto de 5,5% (apenas por debajo de la expansión del 6% anual del 2012-2013). En el caso de Colombia y Ecuador (ambos +5%), no sólo se encontrarán entre los países de Sudamérica que más crecerán este año sino que lograrían incluso ubicarse por sobre la performance del bienio anterior (+4,3% y +4,8%, respectivamente).

A estos países les siguen Chile y Uruguay, cuyo crecimiento previsto para 2014 rondará el 3%. En ambos casos, la tasa de crecimiento del PBI observaría una desaceleración respecto del período 2012-2013 (-0,8 p.p. para Uruguay y -0,2 p.p. para el caso de Chile).

Por último, los más apremiados en 2014 en términos de crecimiento económico serán Brasil, Argentina y Venezuela. De acuerdo a CEPAL, dichos países son los que presentarían una expansión del producto más moderada e incluso contemplando caídas, desempeño que según nuestras proyecciones será aún más desfavorable que el estimado por el organismo. En el caso de Brasil, durante el primer semestre la economía entró formalmente en recesión (tras dos trimestres consecutivos de caída del producto).

 

Su actividad fabril se vio debilitada por las restricciones a las importaciones implementadas por Argentina (en particular a la automotriz), el gasto público profundizó el deterioro fiscal amenazando el Investment Grade, el proceso inflacionario continuó generando preocupación y el freno del consumo de los hogares erosionó la demanda agregada.

 

Si bien se esperaba que el Mundial de Fútbol dinamizaría la económica, no se evidenciaron mejoras en términos de actividad. Por lo tanto, con un primer semestre en el que las principales variables económicas evolucionaron desfavorablemente, se prevé que la tasa de crecimiento de Brasil se ubique por debajo de lo proyectado por CEPAL (+1,4%) y de la *performance* de 2012 (+0,9%). De hecho, las expectativas de mercado estiman un virtual estancamiento en el corriente año. En el caso de Argentina, el panorama previsto para este año será menos favorable aún que lo estimado por CEPAL (+0,2%).

 

De acuerdo con nuestras estimaciones, en 2014 el producto argentino verificaría una contracción cercana al 2% anual. Debido a la imposibilidad de conseguir financiamiento externo (la situación de no cobro de la deuda pública potenció la restricción externa) el Ejecutivo no pudo hacerse de dólares frescos para crecer (solventar las importaciones necesarias) sin jaquear la estabilidad cambiaria/inflacionaria. Para lo que resta del año, la falta de divisas agudizará la caída de la actividad. Pese a que el Ejecutivo implementa una política fiscal expansiva, el mayor gasto público es financiado con emisión exacerbando la cantidad de pesos en circulación en un contexto de escasez de dólares.

 

A esto se le suma la pérdida de poder adquisitivo de los salarios por la aceleración de la inflación, y el impacto de la elevada incertidumbre y desconfianza sobre la inversión. Más aún, producto de las crecientes expectativas de devaluación, los exportadores posponen sus ventas exacerbando las presiones cambiarias.

 

Con poca liquidación de divisas, el BCRA se ve obligado a frenar más las importaciones de bienes para evitar la caída de las reservas, limitando la provisión de insumos productivos. Por último, Venezuela es una de las economías más apremiadas de la región. La escasez de dólares producto de la caída en las exportaciones petroleras (principal oferente de divisas) impide importar productos de primera necesidad (el 70% de los alimentos es importado) lo cual genera desabastecimiento.

 

La falta de productos básicos fogonea el proceso inflacionario que atraviesa el país bolivariano (el año pasado la inflación cerró en 56,2% i.a. y de acuerdo con el consenso de consultoras privadas este año superaría el 65% i.a.) incidiendo negativamente sobre el consumo de los hogares y debilitando la demanda agregada. Y la divergencia entre el tipo de cambio oficial y el informal suma más tensiones al frente cambiario, requiriendo de un ajuste del tipo de cambio oficial antes de finalizar el año (cualquier similitud con Argentina es pura coincidencia). Si bien CEPAL estima una contracción de la economía de Venezuela de 0,5% en 2014, la caída sería cercana al 2,5%. Los condicionantes externos serán más operativos en 2015 De aquí en adelante el panorama regional se tornaría más adverso puesto que los condicionantes externos serían más operativos en 2015.

 

El menor crecimiento de China, la mayor volatilidad de los mercados internacionales con motivo del desarme de la política monetaria de EE.UU. (prevista para mediados del año entrante) y los menores precios de las materias primas serán los principales limitantes para el crecimiento de América del Sur. Por lo que serán las políticas económicas internas que implementen los países del sur las que definirán quienes podrán sortear los obstáculos de la mejor manera.

 

Para ello, se deberá incentivar la inversión, incrementar la productividad y disponer de una política fiscal contracíclica para morigerar los shocks, apostando al crecimiento sostenible y de largo plazo.

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