“Se han bajado los pantalones”, gritaban indignados quienes desde la calle seguían ansiosos las deliberaciones de la asamblea en las inmediaciones del parlamento de Cataluña, Otros, más realistas, decían “era lo previsible, pero igual duele”. Pero en general eran pocos los que esperaban este desenlace. Todos los congregados allí esperaban la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).
La declaración de la independencia duró 30 segundos. Una vez declarada, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont pidió al Parlament que la suspenda para abrir una fase de diálogo con el gobierno español y solicitar la intervención de la Unión Europea en el proceso de separación.
En su pronunciamiento Puigdemont evitó usar la palabra “declarar” o “proclamar”. Dijo textualmente: “les presento el resultado del referéndum, el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado Independiente, una República. Aplausos cerrados.
Tras una pausa que duró 30 segundos, continuó: “proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia porque el momento demanda una desescalada de la tensión. “A la Unión Europea le pido que se implique a fondo. Hoy el govern de Cataluña hace un gesto de generosidad y responsabilidad”.
Hubo confusión y decepción entre los independentistas congregados en el Paseo Luís Companys, quienes tras oir la intervención de Puigdemont, comenzaron a desconcentrarse y retirarse a sus casas.
Por su parte, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, acusó a Puigdemont de poner en riesgo la autonomía catalana. El líder del PSC, Miquel Iceta, dijo que el presidente catalán no puede suspender una declaración de independencia que no ha hecho y le pidió convocar a elecciones para que los catalanes voten con garantías.