<p>A todo esto, Gran Bretaña negocia con Cirenaica (Benghazi) a través de su embajador en Roma. En realidad, lo que el raís resiste es entregar ciudades de Tripolitania al gobierno rebelde, especialmente mientras el poder de fuego “leal” quintuplique al de los rebeldes y los aliados no modifiquen esa relación. Pero una cosa está clara: los Ghaddafi ya no pueden ganar la guerra, aunque controlen la costa central.</p>
<p>En rigor, Londres se limita a repetir condiciones conocidas. Entre ellas, que la familia abandone el poder y su jefe se someta a la corte penal de La Haya por crímenes de guerra. Al-Obeid transmitió ese mensaje a Se’if al-Islam, segundogénito del coronel.</p>
<p>El plan atribuido a Se’if propone que su padre abandone Libia y se negocie un armisticio entre este (donde no quieren saber nada) y oeste. Estas movidas parecen reflejar modificaciones alrededor del caudillo. Se’if (38 años) es ahora la cara disidente. Jamís al-Ghaddafi, tercer vástago, guía brigadas especiales, milicianos e irregulares. Mohammed es también primogénito pero hijo de otra esposa, Safia Farkash. Hasán es general y debe recobrar apoyo en la mayor tribu libia, la Warfalla.</p>
<p>El resto incluye a Mutassim, Ezzedín al-Hinshirí (asesores en seguridad), Milad, sobrino, Abdallá Senusí (cuñado). Entre los desertores figuran Se’íf al-Arab (vive en Alemania), Ahmad Ghaddafi (huyó a Egipto) y Sa’adí, jugador de fútbol.</p>
<p>Mientras tanto, la coalición carece de una estrategia clara para destrabar una guerra estancada. Algunos expertos recuerdan el caso de la ex Yugoslavia en 1999. La Otan bombardeó once semanas, diezmó gente del común y, de pronto, las partes empezaron a negociar en serio. Hasta se habla de ofrecer diez millones de dólares por Ghaddafi mismo. ¿Quién pondría el dinero? La Unión de Emiratos Árabes. ¿Cómo apresarlo? Simple: con una unidad especial munida de armas tácticas; en inglés, SWAT.<br />
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Canales de diálogo y un coronel moderado
Muammar Ghaddafi mandó un hijo a Londres, Mohammed Ismail. Un asesor suyo, Abdul Atí al-Obeid, marchó a Grecia. En tanto, el coronel se puso personalmente en contacto con Turquía vía el mismo el-Obeid. Otro hijo, Seif al-Islam, se corta solo.