Bush vetó la ley que impone dejar Irak a cambio de fondos

El presidente resolvió la medida a última hora del martes. Ahora, hay un “impasse”: Bush se niega a abandonar el campo de batalla, pero el congreso puede retacearle fondos indispensables para seguir la guerra ahí y en Afganistán.

1 mayo, 2007

La Casa Blanca admite que hay un abierto enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el legislativo, sin precedentes de su tipo. Quizá por casualidad, o no, el veto sale justo a cuatro años de declarar “misión cumplida” luego de ocupar Bagdad. Como es obvio, fue acaso la peor “gaffe” de Bush.

La decisión presidencial es un desesperado intento de impedir que el parlamento lo obligue a cambiar de estrategia y, de paso, da a entender que el diálogo multilateral iniciado en marzo corre riesgo de no ser reanudado este mes, como se programaba. Bush lo ha puesto en severo riesgo, igual que los US$ 124.000 millones adicionales pedidos para el actual presupuesto y destinado a solventar la guerra en Irak –virtualmente perdida- y Afganistán.

Dado que los demócratas no parecen capaces de obtener los dos tercios (mayoría absoluta) necesarios para anular el veto, no queda otro remedio que tratativas directas entre ambos poderes. Es uno de lo inconvenientes de combina la tradicional “presidencia fuerte” norteamericana con una personalidad tan obcecada como su actual ocupante.

Otro factor es la inexplicable adhesión de tantos parlamentarios republicanos moderados a un mandatario que vive la fase final del mandato y cuya aceptación no pasa de 27% en las encuestas. Sea como fuere, se supone que los principales dirigentes demócratas del congreso afrontarán a Bush este miércoles, en un clima borrascoso.

La Casa Blanca admite que hay un abierto enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el legislativo, sin precedentes de su tipo. Quizá por casualidad, o no, el veto sale justo a cuatro años de declarar “misión cumplida” luego de ocupar Bagdad. Como es obvio, fue acaso la peor “gaffe” de Bush.

La decisión presidencial es un desesperado intento de impedir que el parlamento lo obligue a cambiar de estrategia y, de paso, da a entender que el diálogo multilateral iniciado en marzo corre riesgo de no ser reanudado este mes, como se programaba. Bush lo ha puesto en severo riesgo, igual que los US$ 124.000 millones adicionales pedidos para el actual presupuesto y destinado a solventar la guerra en Irak –virtualmente perdida- y Afganistán.

Dado que los demócratas no parecen capaces de obtener los dos tercios (mayoría absoluta) necesarios para anular el veto, no queda otro remedio que tratativas directas entre ambos poderes. Es uno de lo inconvenientes de combina la tradicional “presidencia fuerte” norteamericana con una personalidad tan obcecada como su actual ocupante.

Otro factor es la inexplicable adhesión de tantos parlamentarios republicanos moderados a un mandatario que vive la fase final del mandato y cuya aceptación no pasa de 27% en las encuestas. Sea como fuere, se supone que los principales dirigentes demócratas del congreso afrontarán a Bush este miércoles, en un clima borrascoso.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades