<p>Ocho años más tarde, Mónica es apenas un recuerdo, pero el sucesor de Bush afrontará la peor recesión inmobiliaria en generaciones, una crisis bancaria, un dólar a menos de € 0,63, desempleo superior a 5,5% y nafta a más de US$ 1,05 el litro.</p>
<p>En el exterior, Obama –ya lo propuso- o McCain (no atina a encarar el asunto) deberán sacar tropas de Irak y mudarlas a Afganistán, amén de negociar las relaciones con Irán y frenar el anacrónico belicismo israelí. Por encima de todo, cualquiera de ambos deberá moverse en un escenario donde Estados Unidos ya no es superpotencia única. Ante Washington se yerguen China, Rusia y –en lo económico- la Unión Europea.</p>
<p>Según un análisis de Bloomberg, en el futuro “los historiadores dirán que la herencia de Bush presentará a su sucesor dilemas como los que Herbert Hoover legó a Franklin D.Roosevelt en plena depresión de 1932/9”. Igual opina Robert Dallek, biógrafo de John F.Kennedy y Lyndon B.Johnson. Pocos se acuerdan del “choque de civilizaciones” inventado por Samuel Huntington, hoy furioso racista.</p>
<p>Naturalmente, la agencia especializada confía en que la dimensión de esos problemas obligue a posponer tres temas que molestan a Wall Street. A saber, atención médica universal, rebajas tributarias a la clase media (no a los estamentos privilegiados por Bush) y reforma inmigratoria.</p>
<p>Así propone Barack Obama. En cuanto a John McCain, es republicano e inquieta menos al mercado. Por una parte, insiste en regalos impositivos a clases pudientes y grandes empresas, como Bush. Por la otra, empero, no gustan al “lobby” petrolero sus planes para energía y combustibles alternativos. Sea como fuere, EE.UU precisará una mezcla de Roosevelt y Kennedy para salir del brete.</p>
<p>Durante la campaña electoral de 2000, último año del siglo XX, la confianza del público marcaba picos. En agosto, 89% de encuestados sostenía que la economía marchaba muy bien y, sólo en el primer semestre, se habían creado 1.300.000 puestos laborales. El país vivía una fase expansiva desde 1991.</p>
<p>La siempre optimista oficina presupuestaria del congreso calculaba un superávit primario de US$ 5,6 billones en el decenio 2001/10. Bush aseguraba que lo restituirá a los contribuyentes vía desembolsos tributarios.</p>
<p>Pero sobrevinieron la recesión de 2001, los ataques del 11 de septiembre, la psicosis del terrorismo, Irak, Afganistán y dos billones en desgravaciones a gente próspera, gastos bélicos y subsidios a petroleras tejanas. De 2001/2 a 2007/8, la gestión fiscal elevó en US$ 1,7 billones la deuda nacional. Hoy, 85% de norteamericanos sostiene que la economía va mal y, tras ella, los peores problemas son las dos guerras en Asia occidental, la salud pública y, bastante lejos, el terrorismo y la inmigración ilegal (dos temas inflados por los medios y la ultraderecha republicana.<br />
</p>
Bush: su fracaso obligará a Obama o MacCain a ser nuevos F.D.Roosevelt
Cuando George W. asumió en enero de 2001, su meta era restaurar la dignidad de la Casa Blanca, mancillada por el escándalo Lewinski. Pero William J.Clinton le legaba un superávit de US$ 296.000 millones y apenas 4,2% de desempleo.