Bush habló de intento de fraude

El candidato George W. Bush elevó ayer su pelea con Al Gore por la Casa Blanca a un punto de muy difícil retorno. Lo acusó de intento de fraude. Los republicanos indignados con la Corte Suprema de Florida.

23 noviembre, 2000

Quizá más reveladora que la apelación ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos fue la decisión de Bush de sugerir que Gore quiere robarle las elecciones; “Creo que ganamos en Florida y creo que algunos están determinados a seguir contando en un esfuerzo por modificar el resultado legítimo”, dijo ayer (miércoles 22) Bush.

Con esas palabras, el candidato demostró que los republicanos, indignados por el fallo de la Corte Suprema de Florida autorizando el recuento manual de votos, están dispuestos en ningún caso a aceptar a Gore como el legítimo ganador de las elecciones del 7 de noviembre último.

“Está claro que es un fallo político de una corte política, creo que Bush no tiene más alternativa que ir al próximo paso”, dijo el representante republicano Richard Armey.

En los Estados Unidos, donde la imparcialidad de los tribunales no suele ser puesta en duda, Bush cuestionó abiertamente las motivaciones de la Corte Suprema de Florida, cuyos miembros fueron designados por gobernadores demócratas.

“No se equivoquen: esta Corte reescribió la ley”, afirmó Bush, y opinó también que los jueces se habían “extralimitado” en sus funciones.

Además de apelar a la Corte Suprema, los republicanos amenazaron con llamar a una sesión especial de la Legislatura de Florida, donde sí tienen mayoría, para indicar que pueden, más allá de lo que digan los tribunales, elegir en esa instancia a 25 electores fieles a Bush.

Loas observadores internacionales señalan que , de persistir el conflicto, las elecciones tienen el potencial de disparar una crisis constitucional en Estados Unidos.

Quizá más reveladora que la apelación ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos fue la decisión de Bush de sugerir que Gore quiere robarle las elecciones; “Creo que ganamos en Florida y creo que algunos están determinados a seguir contando en un esfuerzo por modificar el resultado legítimo”, dijo ayer (miércoles 22) Bush.

Con esas palabras, el candidato demostró que los republicanos, indignados por el fallo de la Corte Suprema de Florida autorizando el recuento manual de votos, están dispuestos en ningún caso a aceptar a Gore como el legítimo ganador de las elecciones del 7 de noviembre último.

“Está claro que es un fallo político de una corte política, creo que Bush no tiene más alternativa que ir al próximo paso”, dijo el representante republicano Richard Armey.

En los Estados Unidos, donde la imparcialidad de los tribunales no suele ser puesta en duda, Bush cuestionó abiertamente las motivaciones de la Corte Suprema de Florida, cuyos miembros fueron designados por gobernadores demócratas.

“No se equivoquen: esta Corte reescribió la ley”, afirmó Bush, y opinó también que los jueces se habían “extralimitado” en sus funciones.

Además de apelar a la Corte Suprema, los republicanos amenazaron con llamar a una sesión especial de la Legislatura de Florida, donde sí tienen mayoría, para indicar que pueden, más allá de lo que digan los tribunales, elegir en esa instancia a 25 electores fieles a Bush.

Loas observadores internacionales señalan que , de persistir el conflicto, las elecciones tienen el potencial de disparar una crisis constitucional en Estados Unidos.

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