Ayer 12 de marzo se produjo el segundo rechazo del Parlamento británico al acuerdo para la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.El primero fue un rechazo aplastante en enero en el que Theresa May fue humillada por una abultada mayoría: 432 votos (en contra del Acuerdo) y 202 a favor.
El primero de los tres últimos pasos trazados por la Primera Ministro ya se concretó: El parlamento no acepta el acuerdo de salida. Faltan dos votaciones: una hoy y otra mañana 14 de marzo. Pueden aportar más claridad o más confusión.
Hoy se vota si se impide que Gran Bretaña abandone la UE sin acuerdo. Pero si los parlamentarios no se ponen de acuerdo sobre el camino a seguir podría darse la peor de las soluciones: salir sin acuerdo de transición o sea, optar por una salida desordenada.
El Brexit, o la separación de Gran Bretaña del grupo de 28 países europeos, significa que el reino se queda solo para negociar los términos comerciales con todos los países del mundo. Y en temas que hacen a la diplomacia económica, el tamaño hace la fuerza. No es lo mismo la Unión Europea negociando términos de intercambio, que Gran Bretaña solita.
El riesgo de una salida desordenada nunca fue mayor, dijo el negociador jefe de la Unión Europea, Michel Barnier.Añadió que no pueden seguir tratando de convencer a los parlamentarios británicos de que respalden los términos acordados para la salida de Gran Bretaña.