<p>Rusia era el punto inicialmente propuesto. El gobierno de Mahmud Ahmadinedyad, por su parte, desistió de hacer el intercambio en Irán mismo.<br />
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Por supuesto, el régimen persa sigue remiso a las presiones del pálido consejo de seguridad (Naciones Unidas). Por el contrario, Turquía y Brasil las rechazaban en pro de una salida negociada. Su triunfo no causa gracia en Washington, naturalmente. <br />
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Con la Unión Europea centrada en una crisis de endeudamiento, se impuso esta mediación que, de paso, aumenta la influencia internacional de Luiz Inácio da Silva. En cuanto a Reyyip Erdögan, es buena ocasión para darle otro cachetazo a Bruselas, que sigue demorando decisiones sobre el eventual ingreso turco a la UE. <br />
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Pero Estados Unidos, Gran Bretaña y otros obsesos con Irán sostienen que 1.200 kg es poco y no tiene en cuenta el presunto incremento de U-235 tras la propuesta de la AIEA, hace unos siete meses. Fuentes del CS afirman que, desde febrero, Teherán acumula U-238 y, entretanto, gana tiempo.<br />
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Washington, Londres y medios allegados al consejo sostienen que este pacto no resuelve el problema, al menos desde su óptica. Por el contrario, podría reendurecer la resistencia de China y Rusia para aceptar sanciones que, en realidad, ya no interesan en gran parte del mundo. En verdad, hay más riesgos a la paz en los arsenales nucleares de Norcorea y –al Qa’eda mediante- Pakistán.<br />
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Brasil y Turquía tratan de ablandar a Irán con petróleo
Finalmente, ambos mediadores trocarán 1.200 kilos de uranio supenriquecido por U-238 para un reactor de uso médico en Teherán. El canje de efectuará en Angora. La idea original (octubre) era de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).