Con esa medida, las ventas de productos argentinos -y de
cualquier otra nación- al país vecino se encarecerán un 9,25 por
ciento a partir del primero de enero de 2004.
Lula decidió subir el impuesto a las importaciones para mejorar
el financiamiento de la seguridad social y fortalecer los
programas sociales.
En el Gobierno argentino, según apuntaron varios diarios
porteños, esperan conocer la “letra chica” del decreto brasileño,
y por eso en la reunión del Grupo Mercado Común que se celebra
entre hoy y mañana en Montevideo, los negociadores locales tomarán
contacto con sus pares de Brasil.
El aumento del impuesto a las importaciones estaba incluido en
el proyecto de reforma tributaria que Lula Da Silva envió al
Congreso de su país, pero ahora el presidente brasileño decidió
acelerar su aplicación, echando mano a un decreto.
El decreto en cuestión eleva el impuesto a las importaciones de
insumos del 3 al 7,6 por ciento, pero si a ese gravamen se suma un
tributo ya existente -que se utiliza para financiar programas
sociales del Gobierno-, la carga final llega al 9,25 por ciento.
Con esa medida, las ventas de productos argentinos -y de
cualquier otra nación- al país vecino se encarecerán un 9,25 por
ciento a partir del primero de enero de 2004.
Lula decidió subir el impuesto a las importaciones para mejorar
el financiamiento de la seguridad social y fortalecer los
programas sociales.
En el Gobierno argentino, según apuntaron varios diarios
porteños, esperan conocer la “letra chica” del decreto brasileño,
y por eso en la reunión del Grupo Mercado Común que se celebra
entre hoy y mañana en Montevideo, los negociadores locales tomarán
contacto con sus pares de Brasil.
El aumento del impuesto a las importaciones estaba incluido en
el proyecto de reforma tributaria que Lula Da Silva envió al
Congreso de su país, pero ahora el presidente brasileño decidió
acelerar su aplicación, echando mano a un decreto.
El decreto en cuestión eleva el impuesto a las importaciones de
insumos del 3 al 7,6 por ciento, pero si a ese gravamen se suma un
tributo ya existente -que se utiliza para financiar programas
sociales del Gobierno-, la carga final llega al 9,25 por ciento.