Brady oficia de introductor
Anoche Fernando de la Rua comió con 20 de las cabezas financieras de EE.UU. Nicolás Brady fue el introductor. Cosechó respaldos al reajuste y una pregunta de Kissinger: ¿Qué pasará en el Congreso?.
Un intercambio de frases condensó el clima percibido anoche en la cena ofrecida, al Presidente de la Rúa, en el Waldorf Astoria por Nicolás Brady, acompañado por 20 de las más importantes cabezas financieras de la Unión. “La convertibilidad será respetada a rajatabla”—dijo el visitante—. “Argentina está en el camino correcto”— replicó el anfitrión—.
Así como el mundo financiero estuvo bien representado, también el político contó con una presencia significativa. Henry Kissinger, protagonista desde hace varias décadas de la acción exterior del país de su adopción, deslizó una inquietud: “¿Cómo hará el gobierno para enfrentar a la oposición en el Congreso?”.
Tuvo oportunidad de oír de sus contertulios argentinos algunos lineamientos de la estrategia de consenso que intenta la Alianza. Avalada de alguna manera por la presencia en la comitiva de dos pesos pesados del justicialismo, el senador Eduardo Menem y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.
El periodismo recogió la interpretación optimista efectuada por el presidente del Chase Manhattan Bank en la Argentina, Marcelo Podestá. El banquero opinó que se registró un fuerte apoyo a la gestión económica de de la Rúa y apeló a un argumento de peso: es muy difícil en plena canícula neoyorquina movilizar un domingo a financistas que debieron llegar desde diversas ciudades de los Estados Unidos.
En el curso del diálogo, abierto y cordial, los empresarios quisieron saber de qué manera piensa el gobierno argentino impulsar la reactivación de la economía. Y expresaron, asimismo, que no ven otro camino que el crecimiento económico para alimentar las arcas del fisco y permitir la amortización sin sobresaltos de la deuda externa del país.
La réplica de José Luis Machinea se basó en la convicción de que la Argentina crecerá a un ritmo de 4% este año y desacreditó a quienes formulan pronósticos pesimistas. Los banqueros se llevaron la afirmación final de de la Rúa: “Vamos a eliminar el déficit fiscal; ésta es nuestra meta económica”.
Un intercambio de frases condensó el clima percibido anoche en la cena ofrecida, al Presidente de la Rúa, en el Waldorf Astoria por Nicolás Brady, acompañado por 20 de las más importantes cabezas financieras de la Unión. “La convertibilidad será respetada a rajatabla”—dijo el visitante—. “Argentina está en el camino correcto”— replicó el anfitrión—.
Así como el mundo financiero estuvo bien representado, también el político contó con una presencia significativa. Henry Kissinger, protagonista desde hace varias décadas de la acción exterior del país de su adopción, deslizó una inquietud: “¿Cómo hará el gobierno para enfrentar a la oposición en el Congreso?”.
Tuvo oportunidad de oír de sus contertulios argentinos algunos lineamientos de la estrategia de consenso que intenta la Alianza. Avalada de alguna manera por la presencia en la comitiva de dos pesos pesados del justicialismo, el senador Eduardo Menem y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.
El periodismo recogió la interpretación optimista efectuada por el presidente del Chase Manhattan Bank en la Argentina, Marcelo Podestá. El banquero opinó que se registró un fuerte apoyo a la gestión económica de de la Rúa y apeló a un argumento de peso: es muy difícil en plena canícula neoyorquina movilizar un domingo a financistas que debieron llegar desde diversas ciudades de los Estados Unidos.
En el curso del diálogo, abierto y cordial, los empresarios quisieron saber de qué manera piensa el gobierno argentino impulsar la reactivación de la economía. Y expresaron, asimismo, que no ven otro camino que el crecimiento económico para alimentar las arcas del fisco y permitir la amortización sin sobresaltos de la deuda externa del país.
La réplica de José Luis Machinea se basó en la convicción de que la Argentina crecerá a un ritmo de 4% este año y desacreditó a quienes formulan pronósticos pesimistas. Los banqueros se llevaron la afirmación final de de la Rúa: “Vamos a eliminar el déficit fiscal; ésta es nuestra meta económica”.
