Berlusconi amaga con irse si no lo dejan bajar impuestos

El cuestionado y procesado primer ministro italiano amenazó a sus aliados de la coalición derechista con adelantar las elecciones, si no apoyan rebajas tributarias. Algunos podrían tomarlo al pie de la letra.

24 noviembre, 2004

En forma inesperada, la noche del martes Silvio Berlusconi hizo una movida audaz y peligrosa para su ya tambaleante futuro político: dijo que anticiparía los comicios generales si sus renuentes aliados no apoyaban el recorte impositivo. Poco antes, había pedido a la Eurozona “flexibilizar el compromiso fiscal de 1996”.

Ocurre que, en 2001, había prometido a sus electores y a los restantes miembros de “los Doce” (adherentes a la moneda única) una reforma tributaria radical. Ahora, eso se ha convertido en una trampa política. Ni Umberto Bossi ni el neofascista Gianfranco Fini quieren rebajas, pero también saben que un comicio anticipado sería el desastre para una coalición que ha perdido sustento público y consistencia interna.

Por otra parte, aun en el partido “personal” de Berlusconi (Forza Italia) hay quienes se sentirían aliviado si pudiesen sacárselo de encima. Sin apelar a elecciones adelantadas, claro. A diferencia de amagues anteriores, ahora el primer ministro firma un artículo en “Il foglio” –su boletín partidario-, donde dice: “Si no logro bajar impuestos, la palabra debe volver a los italianos para que elijan su destino”.

Aun dejando de lado la enorme deuda pública interna y externa o el estancamiento del producto bruto interno, muchos analistas dudan de que el recorte tributarios a grandes empresas, rentistas y sectores de altos ingresos (copiado de los tres paquetes lanzados por George W.Bush en 2001-4) reactive la economía del país. Pero coinciden con Berlusconi en otro punto: el “supereuro” y la extrema rigidez monetarista del tratado de Maastricht, más el pacto de 1996 (fija 3% del PBI como techo para el déficit de cada socio) traban todo repunte serio.

Lo curioso es que dos aliados de Forza Italia –la Alianza Nazionale y los democristanos- reivindiquen la “ortodoxia holandesa” de Maastricht. Sea como fuere, la coalición tiene las manos atadas por las encuestas, según las cuales hoy perdería escandalosamente cualquier elección. La Liga Norte, único aliado que respalda la posición de Berlusconi ante “los 12”, pide “poner punto final a esta gresca. De lo contrario, en 2005 será inevitable anticipar los comicios”.

En forma inesperada, la noche del martes Silvio Berlusconi hizo una movida audaz y peligrosa para su ya tambaleante futuro político: dijo que anticiparía los comicios generales si sus renuentes aliados no apoyaban el recorte impositivo. Poco antes, había pedido a la Eurozona “flexibilizar el compromiso fiscal de 1996”.

Ocurre que, en 2001, había prometido a sus electores y a los restantes miembros de “los Doce” (adherentes a la moneda única) una reforma tributaria radical. Ahora, eso se ha convertido en una trampa política. Ni Umberto Bossi ni el neofascista Gianfranco Fini quieren rebajas, pero también saben que un comicio anticipado sería el desastre para una coalición que ha perdido sustento público y consistencia interna.

Por otra parte, aun en el partido “personal” de Berlusconi (Forza Italia) hay quienes se sentirían aliviado si pudiesen sacárselo de encima. Sin apelar a elecciones adelantadas, claro. A diferencia de amagues anteriores, ahora el primer ministro firma un artículo en “Il foglio” –su boletín partidario-, donde dice: “Si no logro bajar impuestos, la palabra debe volver a los italianos para que elijan su destino”.

Aun dejando de lado la enorme deuda pública interna y externa o el estancamiento del producto bruto interno, muchos analistas dudan de que el recorte tributarios a grandes empresas, rentistas y sectores de altos ingresos (copiado de los tres paquetes lanzados por George W.Bush en 2001-4) reactive la economía del país. Pero coinciden con Berlusconi en otro punto: el “supereuro” y la extrema rigidez monetarista del tratado de Maastricht, más el pacto de 1996 (fija 3% del PBI como techo para el déficit de cada socio) traban todo repunte serio.

Lo curioso es que dos aliados de Forza Italia –la Alianza Nazionale y los democristanos- reivindiquen la “ortodoxia holandesa” de Maastricht. Sea como fuere, la coalición tiene las manos atadas por las encuestas, según las cuales hoy perdería escandalosamente cualquier elección. La Liga Norte, único aliado que respalda la posición de Berlusconi ante “los 12”, pide “poner punto final a esta gresca. De lo contrario, en 2005 será inevitable anticipar los comicios”.

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