Lo que prometía ser una subasta histórica de cuatro áreas de explotación recaudó mucho menos de lo esperado. De las cuatro áreas de explotación que fueron a remate, solo dos tuvieron ofertas. La empresa petrolera brasileña Petrobras y compañías estatales chinas fueron las únicas en presentar ofertas de entre más de una docena de grandes petroleras mundiales que se habían inscrito.
La mayoría de las grandes compañías del sector no mostraron interés en los bloques Sepia y Atapú. Si los cuatro bloques hubieran recibido ofertas, el gobierno habría obtenido 106.500 millones de reales, lo que habría aliviado el presupuesto nacional y permitiendo el ascenso de Brasil como potencia petrolera de América Latina.
Pero el evento demostró que hay mucha incertidumbre entre las grandes petroleras internacionales sobre la viabilidad de los proyectos . Estas son épocas en que el mundo se ve obligado a orientarse hacia las energías limpias.
En Brasil se esperaba un remate histórico que generara más de 400.000 puestos de trabajo y el renacimiento de la industria petrolera nacional
