La mandataria electa ofreció en la tarde una conferencia de prensa a una veintena de corresponsales extranjeros, en la que marcó distancia con la decisión del actual presidente Sebastián Piñera de privilegiar en su mandato vínculos con la Alianza del Pacífico, que integran Perú, Colombia y México.
“El Arco del Pacífico fue siempre pensado como un proyecto comercial colectivo (…) Nunca contra el Atlántico”, explicó Bachelet.
En ese sentido, aclaró respecto de la relación de Chile y sus lazos con América Latina, que “para nosotros una clave de la política internacional va a ser continuar con la integración regional”.
“Somos respetuosos por todos los gobiernos y en nuestro programa la política de relaciones internacionales y la integración regional va a ser una de nuestras absolutas prioridades y tal como siempre lo hemos dicho, sin sesgos ideológicos”, recalcó Bachelet.
No obstante, ratificó su interés de fortalecer lazos con México. “Tengo la mejor voluntad de continuar el camino que Chile y México han tenido históricamente de excelentes relaciones”, dijo.
Respecto al Mercosur explicó que la participación de Chile “tiene que ver con una serie de decisiones y desarrollos que el país ha tenido, como es el caso de los tratados de libre comercio, por ejemplo”.
A esto, agregó también que si Chile no se ha convertido en un miembro permanente y sólo se ha podido mantener como país asociado, pasa exclusivamente porque “en varias ocasiones estos tratados internacionales no son compatibles con las normativas internas de algunas estructuras. Pero como país somos muy activos en los aportes políticos, es sólo en lo comercial donde tenemos algunos desarrollos distintos, lo que hace muy difícil que podamos ser un miembro permanente”.
Cuando le preguntaron cómo compatibilizará los intereses de la coalición de partidos que la apoyaron, a lo que respondió que la elección de los ministros es su atribución. “Seré yo quien decida”, dijo.
Bachelet recalcó su gesto de autoridad al repetir que quienes compongan el gabinete, que será anunciado a mediados de enero, “serán las mejores personas, con los mejores perfiles y que estén con la camiseta del programa de gobierno puesta”.
Al ser consultada sobre su programa de gobierno, la futura mandataria recalcó que en los primeros 100 días de su gobierno enviarán al Congreso las reformas educativas y tributarias que comprometió en campaña.
Por otra parte, también puso de relieve la intención, anunciada durante la campaña, de reformar la Carta Magna heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) que aún rige en Chile, a 23 años de la caída de ese régimen.
“Ojalá podamos tener lista en nuestro gobierno una nueva Constitución”, expresó Bachelet.
En esa perspectiva, dijo que los cambios en Chile son necesarios. “La amenaza es no hacer lo que tenemos que hacer, que es derrotar la desigualdad”.
Por último, consultada sobre la crisis que emerge entre los partidos de la derecha chilena, Renovación Nacional y la pinochetista Unión Demócrata Independiente, que a partir del 10 de marzo pasarán a la oposición, Bachelet señaló que una derecha débil no es buena para la democracia.
“A la democracia le hace bien que tengamos fuerzas políticas legítimas y jugando un rol en la democracia”, concluyó.
