<p>Según fuentes militares británicas e italianas, los ataques de lunes y martes destruyeron la sala de reuniones que usaban el coronel y su estado mayor. Vale decir, sus hijos Jamís y Se’if al Islam. Los rebeldes, parte de la Liga Árabe y las tribus disidentes creen que, ahora sí, la coalición se ha resuelto a eliminar a Muammar Ghadafi.</p>
<p>Naturalmente, Se’íf –vocero oficial de la familia- calificó de vileza las incursiones aéreas. Por su parte, los insurgentes revelaron que las fuerzas mercenarias no dejaron piedra sobre piedra en Misurata, hasta ayer tercera ciudad de Libia. Esto pone en la mira a Sirte, llave de la costa central y núcleo de la tribu Ghadafa.</p>
<p>Las operaciones nocturnas aliadas proseguirán durante la semana sobre Tripolitania, o sea la capital y el “anillo de fuego” que la circunda. Entretanto, los bombardeos van alcanzando áreas cada vez más amplias de Trípoli misma, con el objeto de aislarla.</p>
<p>Por vez primera, las televisoras oficiales –privadas no existen- Dyamahiriya, Libia y Shababiya interrumpieron emisiones durante diversos lapsos. Las víctimas fatales en el centro y el oeste, afirma el gobierno de Cirenaica, no bajan ya del millar desde iniciada la guerra civil.<br />
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Aviones contra Trípoli y el reducto del coronel
Unos veinte Harrier II de decolaje vertical, bimotores Tornado, cazabombarderos AMX y Typhon 2000 se lanzaron sobre Bab al-Azizya, cuartel central y residencia de Ghadafi. Benghazi celebra, pero medios occidentales piden que se ocupen de Siria.