domingo, 22 de diciembre de 2024

Austeridad, quimeras y políticos irresponsables

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Los debates económicos en Estados Unidos generan dislates. Por ejemplo, cuando legisladores republicanos, no todos del Tea party, sostienen que no pagar deudas carece de relevancia. Gran parte del planeta no lo cree así, empezando por China.

<p>Pero, al menos, en ese pa&iacute;s los monetaristas que pugnan por &ldquo;bajar salarios reales y gastos fiscales para combatir el desempleo, en nombre de la austeridad&rdquo; (recalca Paul Krugman, Nobel 2008), encuentran cierta resistencia en el gobierno de Barack Obama. A veces, tambi&eacute;n en la Reserva Federal.</p>
<div>En la Uni&oacute;n Europea, a la inversa, &ldquo;los fundamentalistas del sufrimiento ajeno vienen vendiendo esa misma receta desde 2010. Insisten en que el equilibrio presupuestario, un concepto contable y no sist&eacute;mico, es la respuesta a todos los problemas. Aun los de Grecia, Portugal, Irlanda, Italia o Espa&ntilde;a&rdquo;.</div>
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<div>Esta actitud trasunta &ldquo;fantas&iacute;as estilo varita m&aacute;gica de la confianza. Vale decir, recortar el gasto p&uacute;blico recrear&aacute; puestos laborales o la austeridad fiscal elevar&aacute; la fe del esquivo sector privado&rdquo;. Lamentablemente, el hada persiste en no aparecer y las disputas pueden llevar a otra crisis cifrada en deudas soberanas.</div>
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<div>Luego de lanzarse la moneda com&uacute;n (1999), todas las econom&iacute;as de la Eurozona captaron ingentes capitales. Inversores y especuladores &ldquo;supusieron que tambi&eacute;n aquellos cuatro pa&iacute;ses formaban parte de una uni&oacute;n monetaria. &iquest;Algo pod&iacute;a salir mal?&rdquo;. Casi todo, en realidad. Grecia y Portugal, incapaces de tomar fondos a tasas apenas superiores a las alemanas (referenciales), asumieron demasiada deuda p&uacute;blica. Espa&ntilde;a e Irlanda no lo hicieron, pero s&iacute; sus bancos privados y mixtos.</div>
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<div>&iquest;Entonces? &ldquo;Los principales miembros de la Uni&oacute;n Europea &ndash;Alemania, Gran Breta&ntilde;a, Francia, Austria- en efecto les prestan a los que afrontan crisis. Pero solo a cambio de programas de austeridad salvaje, podas de gastos, etc.&rdquo; Sus promotores niegan que esos mecanismo se autodestruyan y, por el contrario, tienen efectos expansivos. Tampoco as&iacute; despierta el hada de la confianza. &ldquo;Los pa&iacute;ses en dificultades se deterioran aun m&aacute;s y la confianza &ndash;subraya Krugman- se hunde sin remedio. Si fuera realista, Bruselas debiera prepararse a reducir deudas. Pero el realismo escasea&rdquo;.</div>
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<div>Por una parte, Alemania adopta se endurece ante los parientes pobres. Por la otra, el inefable Banco Central Europeo &ndash;lo maneja un fundamentalista de la austeridad- &ldquo;act&uacute;a como si estuviera resuelto a acelerar aquella crisis financiera. Sube los tipos referenciales y bloquea toda iniciativa de restructuraci&oacute;n que alivie deudas&rdquo;. Hoy, Grecia podr&iacute;a acabar abandonando el euro.</div>
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<div>Esta situaci&oacute;n, donde ning&uacute;n fan&aacute;tico de la austeridad admite sus errores, explica las aprensiones de China, India, Brasil o Turqu&iacute;a en cuanto a apoyar a la francesa Christine Lagarde como directora gerente del Fondo Monetario Internacional. O sea, el tercer adalid de la austeridad.</div>

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