El vicepresidente de la Nación y titular del Senado, Carlos Alvarez, es un esgrimista de la política que prefiere las estocadas a fondo a las fintas de tanteo. En una actitud sin precedentes en el Parlamento, dio a conocer la lista de los 3156 empleados del cuerpo legislativo, en la que aparecen muchos apellidos ligados a sus integrantes.
Esta actitud es la continuación de la denuncia de Alvarez contra la oposición, a la que acusó de intentar “quedarse con la caja del Senado”, cuando el bloque justicialista amenazó con recortarle sus facultades administrativas. Para justificar el hecho, allegados al polémico dirigente del Frepaso alegaron que se habían adelantado a difundir la lista antes de que se prestara a manipulaciones por parte de los medios de comunicación social.
Mientras se detectaba una mezcla de alarma y rechazo en los senadores cuyos nombres aparecen ,de alguna manera, implicados en las sospechas generadas por la nómina, el senador Del Piero propuso en un proyecto que los nombres sean publicados en Internet, añadiendo a los datos difundidos por Alvarez, la “dependencia funcional” de cada uno, cuando fueron nombrados y sus horarios de trabajo. Los cronistas parlamentarios se permiten dudar de que sea votado.
El vicepresidente de la Nación y titular del Senado, Carlos Alvarez, es un esgrimista de la política que prefiere las estocadas a fondo a las fintas de tanteo. En una actitud sin precedentes en el Parlamento, dio a conocer la lista de los 3156 empleados del cuerpo legislativo, en la que aparecen muchos apellidos ligados a sus integrantes.
Esta actitud es la continuación de la denuncia de Alvarez contra la oposición, a la que acusó de intentar “quedarse con la caja del Senado”, cuando el bloque justicialista amenazó con recortarle sus facultades administrativas. Para justificar el hecho, allegados al polémico dirigente del Frepaso alegaron que se habían adelantado a difundir la lista antes de que se prestara a manipulaciones por parte de los medios de comunicación social.
Mientras se detectaba una mezcla de alarma y rechazo en los senadores cuyos nombres aparecen ,de alguna manera, implicados en las sospechas generadas por la nómina, el senador Del Piero propuso en un proyecto que los nombres sean publicados en Internet, añadiendo a los datos difundidos por Alvarez, la “dependencia funcional” de cada uno, cuando fueron nombrados y sus horarios de trabajo. Los cronistas parlamentarios se permiten dudar de que sea votado.