La Asociación Argentina de Presupuesto Público (ASAP) organizó una jornada dedicada al debate sobre la previsión social en Argentina, bajo el título “El desafío de repensar la Previsión Social: Análisis de coyuntura y evolución demográfica”. El encuentro, coordinado por Graciela La Ruffa, secretaria de ASAP, tuvo lugar en Ciudad de Buenos Aires y contó con la participación de Carlos Grushka, actuario y doctor en Demografía, y Luis Bulit Goñi, ex secretario de Estado de Seguridad Social de la Nación.
Durante la actividad, los expositores resaltaron la urgencia de abordar el sistema previsional de manera integral y evitar enfoques fragmentarios o visiones alarmistas. Carlos Grushka advirtió que, si bien el envejecimiento demográfico es un fenómeno estructural y universal, su impacto no debe ser sobredimensionado. “La demografía ladra, pero no muerde; el verdadero desafío reside en pensar instituciones capaces de adaptarse a los cambios poblacionales sin caer en simplificaciones alarmistas”, afirmó.
Grushka también remarcó la importancia de contextualizar las políticas previsionales de acuerdo con las restricciones fiscales, la heterogeneidad regional y los niveles de informalidad laboral. Además, abogó por sistemas que prioricen la reducción de la pobreza y la redistribución equitativa del ingreso.
Por su parte, Luis Bulit Goñi alertó sobre los riesgos de postergar una reforma previsional integral. “La insatisfacción social no solo ladra, sino que muerde, y puede poner en jaque la convivencia”, sostuvo. El especialista cuestionó la lógica de los “parches sucesivos” y subrayó que cualquier reforma debe basarse en la legitimidad social, la legalidad normativa y la institucionalidad. “Las prestaciones previsionales son un derecho, pero también una promesa que el Estado debe cumplir. Para lograrlo, es indispensable abordar de manera conjunta la coparticipación federal, la sostenibilidad fiscal y las particularidades del mercado laboral”, señaló.
Ambos expertos coincidieron en la necesidad de trascender debates ideológicos y promover acuerdos para un sistema previsional financieramente viable, gradual y revisable cada cinco años. Al cierre, Graciela La Ruffa destacó: “El futuro de la previsión social requiere miradas de largo plazo, decisiones técnicas fundamentadas y, sobre todo, un amplio consenso”.












