La flamante agrupación centrista, La República en Marcha, es hegemónica, mientras que el viejo partido Socialista parece perder 200 bancas. Todos los partidos opositores, en especial los de centro y de derecha llaman a sus votantes a hacerlo en contra de Macron para evitar que monopolice el Poder legislativo. Pero parece que el electorado no les hará caso.
Será un cambio enorme. No sólo por la mayoría rotunda. Muchos de los electos debutan en política.
En la primera ronda, el partido de Macron obtuvo 32,3 % de los votos. Los republicanos de centro derecha 21,5%; el ultraderechista Frente Nacional 13,2%; y la extrema izquierda 11%. Los socialistas, hasta ahora en el poder, apenas arañaron 9,5%.
Un dato inquietante es que poca gente votó, apenas 48,7% del electorado, lo que demuestra apatía y falta de interés en la política tradicional.
Por el sistema vigente, la gran mayoría de las bancas se resuelve en segunda ronda, entre los dos más votados para el cargo. Por eso se espera que Macron gane el 70% de las bancas en disputa. El cambio en la Asamblea legislativa puede ser de la misma magnitud que la experimentada en 1958 cuando Charles De Gaulle impuso la llamada Quinta República.
El próximo gran desafío es el gran plan de reformas prometidas por Macron.