La consultora EY Argentina presentó, junto con el Instituto Argentino de Finanzas (IAEF), los resultados de la decimoquinta edición de la encuesta sobre las fuentes de financiamiento y las perspectivas de inversión de las empresas. Esta edición contó con la participación de 100 compañías que representan a los principales sectores de la economía argentina.
Las expectativas de crecimiento de ventas y rentabilidad son las más bajas de los últimos 3 años. Sin embargo, el 55% aun piensa que podrá incrementar sus ventas, el 44% su rentabilidad y el 46% sus inversiones.
“Estamos atravesando una coyuntura muy adversa. Hasta agosto, para sostener niveles de ventas fue necesario sacrificar rentabilidad. En general, surge de la encuesta que el 2018 no será un buen año para el valor de las empresas. Este diagnóstico que está muy influido por lo sucedido en estos últimos 15 días, no es una novedad, aunque el relevamiento nos da datos concretos del impacto de los recientes cambios en nuestra economía”, destacó Pablo De Gregorio, socio de EY.
Con respecto a las inversiones, el 46% de los consultados destacó que crecerán y el 47% que se mantendrán constantes y sólo el 7% que decrecerán. A su vez, el 52% piensa tomar deuda el próximo año. Por otro lado, consideran que la energía, las comunicaciones y la estructura vial y ferroviaria es la infraestructura necesaria para potenciar las inversiones.
Ante la consulta de qué medidas favorecerían la confianza al momento de decidir una inversión, los ejecutivos destacaron un acuerdo sindicatos-gobierno, acuerdos sectoriales, leyes de protección a las inversiones y acuerdos internacionales.
En relación a las acciones administrativas del Estado que mejorarían la competitividad y facilitarían un plan de inversiones, se destacó la simplificación tributaria y administrativa, acuerdos gobierno-sindicatos-empresas y el apoyo de organismos de crédito internacional.
En línea con lo propuesto por el IAEF de pensar como transitar hacia un país confiable, “nuestros recursos naturales, la tecnología e infraestructura para ponerlos en valor, y nuestros recursos humanos, que nos dan un capital intelectual que puede ser exportado, parecen ser los motores. Este es nuestro potencial y hace ya varios años que las respuestas van en ese sentido.”, señaló el socio de EY.
Los ejecutivos consultados consideran que la estabilidad de marcos regulatorios, el funcionamiento del poder judicial, la estabilidad fiscal, la política monetaria de largo plazo, deuda pública externa y tarifas de servicios públicos son los principales factores que afectan la seguridad jurídica.
Consultados sobre cómo recrear la confianza el 29% le asignó un rol protagónico al Poder Judicial, secundados por el rol del Poder ejecutivo y de los sindicatos.
“El problema es que cuando pasamos del diagnóstico a la acción, nuestras expectativas no se materializan. En 35 años de democracia no hemos logrado darnos una moneda y un marco regulatorio y jurídico que estén al nivel de lo que necesitan nuestras empresas para crecer y generar valor”, agregó De Gregorio.
“Ante este entorno vemos que un sistema político basado en el consenso de los distintos actores de la sociedad, un marco regulatorio adecuado y una moneda estable son los pilares necesarios para generar confianza “, finalizó el socio de EY.