Apoyo de los países más poderosos

El G7 aseguró, mediante un comunicado, que están "satisfechos" con el paquete de medidas anunciado por el Gobierno argentino.

2 noviembre, 2001

(NA). – Los países más poderosos del mundo nucleados en el Grupo de los 7 salieron a respaldar hoy (viernes 2) el paquete de medidas anunciado por la Argentina, al asegurar que están “satisfechos” con las decisiones encaradas por el Gobierno de Fernando de la Rúa para enfrentar “los problemas de su deuda”.

La reestructuración de la deuda podría demandar al menos tres meses e incluir garantías de organismos multilaterales, según reveló hoy Horacio Liendo, asesor principal de Domingo Cavallo.

“Estamos complacidos de que Argentina, que atraviesa una crisis económica, enfrente los problemas de su deuda”, indicaron los ministros de Finanzas del G-7, a través de un comunicado oficial.

Los países más industrializados destacaron que “el presidente De la Rúa y el ministro Cavallo anunciaron un paquete de medidas con intención de mejorar la economía del país, porque es importante que la Argentina regrese a un camino económicamente sostenible”.

El poderoso nucleamiento está integrado por Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón, Canadá y Gran Bretaña.

Horas antes del comunicado, el vocero del ministro de Finanzas alemán, Thomas Gerhard, había anticipado que los funcionarios iban a mantener una conferencia telefónica para evaluar la situación económica argentina, entre otros temas.

Por su lado, Michelle Davis, asistente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, había reconocido que el G-7 estaba siguiendo la situación argentina con “mucha atención”.

Ante este anticipo, la Cancillería comenzó a moverse febrilmente para conocer el tenor del comunicado, ante el temor que tuviera un signo negativo, según confiaron a esta agencia
voceros de la diplomacia argentina.

La intención del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini fue pedir a los ministros de Hacienda que si se pronunciaban sobre la Argentina lo hicieran en forma positiva, si no era preferible que no lo hicieran.

Los teléfonos quedaron en rojo en la Cancillería por las llamadas provenientes del exterior haciendo preguntas sobre la reestructuración de deuda.

“La cuestión se puso realmente dura”, admitieron los voceros, al referirse a las preguntas y quejas que formulaban los países acreedores de la Argentina. La situación se tensó de tal manera que el canciller mantuvo una extensa reunión con el ministro Domingo Cavallo para analizar los pasos a seguir, más si al final el comunicado no resultaba favorable.

Los llamados a las principales capitales dejaron como saldo el reclamo unánime de que la Argentina necesita en forma imperiosa “cohesión política” para respaldar el plan económico.

Ya antes del anuncio de las medidas, el Palacio San Martín envió fax explicatorios de las medidas a Estados Unidos, Rusia, los principales países de Europa y las naciones vecinas.

Con respecto al canje de deuda, el asesor externo del Palacio de Hacienda Horacio Liendo confió en la posibilidad de lograr efectivamente una reducción de la tasa de interés al 7 por ciento en la operación de reestructuración de la deuda, gracias a que se otorgarán “más garantías, más seguridades de que se va a pagar”.

“Este proceso que comienza tiene una primera etapa en el plano local, que involucra a bancos, AFJP, inversores, fondos y compañías de seguros que quieran tomar la posibilidad de convertir sus títulos actuales al 11 por ciento, en préstamos garantizados o bonos nacionales a 7%”, dijo.

En este plano, añadió que la garantía de la recaudación afectada específicamente, va a darles “total seguridad respecto de las posibilidades de cobro futuro”.

En cuanto a las operaciones internacionales, el asesor del ministro Domingo Cavallo dijo que “hay que organizar una oferta”.

“En este caso, por las dificultades que tienen los propios contratos que están en vigencia, no se pueden emitir bonos externos garantizados con recursos de la Nación, sino que en ese caso hay que trabajar con garantías de terceras partes, BID, BM, FMI, en donde en ese caso hay que pasar por un proceso un poco más largo”, explicó.

De todas maneras, estimó que este proceso “no debería llevar más de tres meses”. “Todo el conjunto de medidas pone un horizonte de reactivación donde había uno de más recesión, y en consecuencia todos los agentes económicos se van a preparar para este aumento de la demanda”, se esperanzó.

(NA). – Los países más poderosos del mundo nucleados en el Grupo de los 7 salieron a respaldar hoy (viernes 2) el paquete de medidas anunciado por la Argentina, al asegurar que están “satisfechos” con las decisiones encaradas por el Gobierno de Fernando de la Rúa para enfrentar “los problemas de su deuda”.

La reestructuración de la deuda podría demandar al menos tres meses e incluir garantías de organismos multilaterales, según reveló hoy Horacio Liendo, asesor principal de Domingo Cavallo.

“Estamos complacidos de que Argentina, que atraviesa una crisis económica, enfrente los problemas de su deuda”, indicaron los ministros de Finanzas del G-7, a través de un comunicado oficial.

Los países más industrializados destacaron que “el presidente De la Rúa y el ministro Cavallo anunciaron un paquete de medidas con intención de mejorar la economía del país, porque es importante que la Argentina regrese a un camino económicamente sostenible”.

El poderoso nucleamiento está integrado por Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón, Canadá y Gran Bretaña.

Horas antes del comunicado, el vocero del ministro de Finanzas alemán, Thomas Gerhard, había anticipado que los funcionarios iban a mantener una conferencia telefónica para evaluar la situación económica argentina, entre otros temas.

Por su lado, Michelle Davis, asistente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, había reconocido que el G-7 estaba siguiendo la situación argentina con “mucha atención”.

Ante este anticipo, la Cancillería comenzó a moverse febrilmente para conocer el tenor del comunicado, ante el temor que tuviera un signo negativo, según confiaron a esta agencia
voceros de la diplomacia argentina.

La intención del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini fue pedir a los ministros de Hacienda que si se pronunciaban sobre la Argentina lo hicieran en forma positiva, si no era preferible que no lo hicieran.

Los teléfonos quedaron en rojo en la Cancillería por las llamadas provenientes del exterior haciendo preguntas sobre la reestructuración de deuda.

“La cuestión se puso realmente dura”, admitieron los voceros, al referirse a las preguntas y quejas que formulaban los países acreedores de la Argentina. La situación se tensó de tal manera que el canciller mantuvo una extensa reunión con el ministro Domingo Cavallo para analizar los pasos a seguir, más si al final el comunicado no resultaba favorable.

Los llamados a las principales capitales dejaron como saldo el reclamo unánime de que la Argentina necesita en forma imperiosa “cohesión política” para respaldar el plan económico.

Ya antes del anuncio de las medidas, el Palacio San Martín envió fax explicatorios de las medidas a Estados Unidos, Rusia, los principales países de Europa y las naciones vecinas.

Con respecto al canje de deuda, el asesor externo del Palacio de Hacienda Horacio Liendo confió en la posibilidad de lograr efectivamente una reducción de la tasa de interés al 7 por ciento en la operación de reestructuración de la deuda, gracias a que se otorgarán “más garantías, más seguridades de que se va a pagar”.

“Este proceso que comienza tiene una primera etapa en el plano local, que involucra a bancos, AFJP, inversores, fondos y compañías de seguros que quieran tomar la posibilidad de convertir sus títulos actuales al 11 por ciento, en préstamos garantizados o bonos nacionales a 7%”, dijo.

En este plano, añadió que la garantía de la recaudación afectada específicamente, va a darles “total seguridad respecto de las posibilidades de cobro futuro”.

En cuanto a las operaciones internacionales, el asesor del ministro Domingo Cavallo dijo que “hay que organizar una oferta”.

“En este caso, por las dificultades que tienen los propios contratos que están en vigencia, no se pueden emitir bonos externos garantizados con recursos de la Nación, sino que en ese caso hay que trabajar con garantías de terceras partes, BID, BM, FMI, en donde en ese caso hay que pasar por un proceso un poco más largo”, explicó.

De todas maneras, estimó que este proceso “no debería llevar más de tres meses”. “Todo el conjunto de medidas pone un horizonte de reactivación donde había uno de más recesión, y en consecuencia todos los agentes económicos se van a preparar para este aumento de la demanda”, se esperanzó.

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