En Estados Unidos Donald Trump (el precandidato más citado por la prensa) dijo que “Alemania, hoy, es un desastre”. Muchos líderes europeos, especialmente de la Europa oriental, comparten esa apreciación.
Por eso ganó este domingo la ultra derecha en las elecciones regionales alemanas. Si se piensa que Alemania ha recibido más de un millón de refugiados en menos de un año es extraño que la reacción no se haya producido antes.
Pero más allá del tema refugiados, cada día es más evidente que la posición de Merkel se va debilitando en toda la escena mundial. El año pasado, en cambio, estaba en el pico de su poder.
La semana pasada Merkel negoció un apurado, desesperado e inestable acuerdo con Turquía para tratar de detener el ingreso de refugiados a Alemania. Como resultado, su partido perdió las elecciones del domingo.
Esta pérdida de autoridad que sufre tanto en Alemania como en Europa se alimentan mutuamente porque la incapacidad de detener el ingreso de refugiados a Europa erosionó el apoyo que tenía en su propio país y los votantes comenzaron a darle la espalda.
Al presidente francés, François Hollande, no le gusta nada esta idea de que los turcos puedan entrar a Europa sin visa. . Críticas de este tipo se van a intensificar en la cumbre que tendrá lugar a fines de esta semana.
Sin embargo parecería que algunas críticas son injustas. Alemania no es responsable de la guerra civil en Siria ni del resurgimiento de los talibanes en Afganistán.