AMIA: Detienen y liberan a un diplomático iraní

Un ciudadano iraní acusado por la Justicia argentina de haber participado en el atentado a la AMIA fue detenido en Bruselas por Interpol, pero debió ser liberado poco después, ya que contaba con "inmunidad diplomática".

27 agosto, 2003

Sahiet Bajhbam, sobre quien pesaba una orden de detención
emitida por el juez federal Juan José Galeano, fue capturado por
efectivos de Interpol en el Aeropuerto de Bruselas.

Sin embargo, luego de que las autoridades constataron sus
credenciales “diplomáticas” fue liberado, según confirmó aquí la
abogada de la DAIA, Marta Nercellas.

La letrada consideró que la medida se adoptó en base al
“respeto al derecho internacional, que exige que no sea detenida
una persona con inmunidad diplomática”.

“Esta persona manifestó la inmunidad, que fue corroborada, y en
razón de esto tuvo que ser liberado, como también hubiera ocurrido
si la detención se producía aquí”, explicó Nercellas.

A pesar de confirmarse la detención del diplomático y su
posterior liberación, el gobierno iraní, a través de la agencia
oficial IRNA salió a afirmar que “ningún” integrante del servicio
exterior de ese país había sido arrestado.

Luego, ese medio de prensa oficial debió admitir que un
diplomático fue apresado y luego liberado, en base a información
provista por un vocero de la cancillería belga.

Bajhbam fue apresado por su presunta vinculación con el ataque
perpetrado el 18 de julio de 1994, que dejó un saldo de 85
muertos.

Por su parte, el titular de la DAIA, José Hercman, explicó que
Bajhbam “entró en junio de 1994 al país, y se retiró pocas horas
antes” de que se produjera la explosión del coche bomba frente al
edificio de la calle Pasteur 633.

Y dijo que se trata de “uno de los ´correos diplomáticos´ que
ingresaron al país, que tenía una característica muy especial:
poseía dos pasaportes, el normal diplomático, y uno segundo que le
habían extendido, y que por casualidad tenía un número correlativo
con los que extendieron para esta operación”.

La semana pasada fue detenido en quien fuera embajador de Irán
en la Argentina cuando se produjo el atentado, Hadi Soleimanpour,
de 47 años de edad.

El ex diplomático se encontraba en ese momento en el Reino
Unido con visa de estudiante, y fue aprehendido por personal de
Interpol, ante un pedido del juez Galeano, quien desde hace nueve
años investiga el trágico ataque contra la mutual judía.

La detención de Soleimanpour provocó la inmediata reacción de
Irán, que atribuyó las imputaciones en contra del ex embajador a
“una maniobra del sionismo”, y reclamó a Gran Bretaña su inmediata
liberación.

Asimismo, Irán manifestó su desagrado ante el gobierno
argentino por el curso que tiene esa investigación judicial, y
anunció la interrupción de todos los vínculos comerciales y
culturales.

En recientes declaraciones, el vocero del Gobierno de Irán,
Abdollah Ramezanzadeh, sostuvo que “todas las acusaciones” contra
el ex embajador de su país carecen de sustento y están
“completamente motivadas” por lo que definió como “cuestiones
políticas”, que tienen la intención de “distorsionar la imagen
internacional de Irán”.

Esa postura fue rebatida por el Gobierno argentino, que
consideró que la causa AMIA es de “naturaleza judicial” y no
“política”.

Además, la Cancillería calificó como “poco comprensible” la
actitud adoptada por Irán de interrumpir las relaciones económicas
y culturales con la Argentina, y señaló que “el Gobierno argentino
lamenta las declaraciones políticas, absolutamente ajenas a la
naturaleza judicial de la causa AMIA”.

Sahiet Bajhbam, sobre quien pesaba una orden de detención
emitida por el juez federal Juan José Galeano, fue capturado por
efectivos de Interpol en el Aeropuerto de Bruselas.

Sin embargo, luego de que las autoridades constataron sus
credenciales “diplomáticas” fue liberado, según confirmó aquí la
abogada de la DAIA, Marta Nercellas.

La letrada consideró que la medida se adoptó en base al
“respeto al derecho internacional, que exige que no sea detenida
una persona con inmunidad diplomática”.

“Esta persona manifestó la inmunidad, que fue corroborada, y en
razón de esto tuvo que ser liberado, como también hubiera ocurrido
si la detención se producía aquí”, explicó Nercellas.

A pesar de confirmarse la detención del diplomático y su
posterior liberación, el gobierno iraní, a través de la agencia
oficial IRNA salió a afirmar que “ningún” integrante del servicio
exterior de ese país había sido arrestado.

Luego, ese medio de prensa oficial debió admitir que un
diplomático fue apresado y luego liberado, en base a información
provista por un vocero de la cancillería belga.

Bajhbam fue apresado por su presunta vinculación con el ataque
perpetrado el 18 de julio de 1994, que dejó un saldo de 85
muertos.

Por su parte, el titular de la DAIA, José Hercman, explicó que
Bajhbam “entró en junio de 1994 al país, y se retiró pocas horas
antes” de que se produjera la explosión del coche bomba frente al
edificio de la calle Pasteur 633.

Y dijo que se trata de “uno de los ´correos diplomáticos´ que
ingresaron al país, que tenía una característica muy especial:
poseía dos pasaportes, el normal diplomático, y uno segundo que le
habían extendido, y que por casualidad tenía un número correlativo
con los que extendieron para esta operación”.

La semana pasada fue detenido en quien fuera embajador de Irán
en la Argentina cuando se produjo el atentado, Hadi Soleimanpour,
de 47 años de edad.

El ex diplomático se encontraba en ese momento en el Reino
Unido con visa de estudiante, y fue aprehendido por personal de
Interpol, ante un pedido del juez Galeano, quien desde hace nueve
años investiga el trágico ataque contra la mutual judía.

La detención de Soleimanpour provocó la inmediata reacción de
Irán, que atribuyó las imputaciones en contra del ex embajador a
“una maniobra del sionismo”, y reclamó a Gran Bretaña su inmediata
liberación.

Asimismo, Irán manifestó su desagrado ante el gobierno
argentino por el curso que tiene esa investigación judicial, y
anunció la interrupción de todos los vínculos comerciales y
culturales.

En recientes declaraciones, el vocero del Gobierno de Irán,
Abdollah Ramezanzadeh, sostuvo que “todas las acusaciones” contra
el ex embajador de su país carecen de sustento y están
“completamente motivadas” por lo que definió como “cuestiones
políticas”, que tienen la intención de “distorsionar la imagen
internacional de Irán”.

Esa postura fue rebatida por el Gobierno argentino, que
consideró que la causa AMIA es de “naturaleza judicial” y no
“política”.

Además, la Cancillería calificó como “poco comprensible” la
actitud adoptada por Irán de interrumpir las relaciones económicas
y culturales con la Argentina, y señaló que “el Gobierno argentino
lamenta las declaraciones políticas, absolutamente ajenas a la
naturaleza judicial de la causa AMIA”.

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